Tanto Hugo Chávez como Henrique Capriles han definido las elecciones presidenciales de mañana en Venezuela como definitivas para los próximos 100 años del futuro del país andino.
Y aunque suene a retórica electoral, los analistas venezolanos entrevistados por Portafolio aseguran no son definitivas para la próxima centuria del país, pero si para los próximos 20 o 30 años.
El país está más polarizado que nunca debido al verbo incendiario e intolerante de Chávez, y como lo afirma Tulio Hernández, sociólogo venezolano, “la gente está harta, aquí no ocurrió una guerra armada pero, sí una guerra emocional. Los venezolanos estamos agotados, desgastados, no soportamos la polarizaicón hasta en nuestra vida más íntima”.
Para Germán Carrera, historiador y profesor del país andino, estas elecciones son históricas ya que se están viendo dos fenómenos que nunca habían ocurrido: que la democracia no descienda del estrato político a la sociedad sino al contrario y que el enfrentamiento entre el poder militar y el civil ha llegado a un punto de inflexión.
Carrera afirma que la sociedad venezolana va camino a volver a ser una sociedad democrática.
“Nunca antes el sector civil había sido tan fuerte.
En las primarias se demostró que la sociedad es la que establece la agenda.
En cambio el poder militar nunca había sido tan débil, Chávez no tiene el prestigio del que se enorgullecen los militares”, añade.
Hernández explica que más que elegir a un presidente, los venezolanos de ambos mandos sienten que están tomando una decisión sobre el futuro del país.
“La decisión es que se profundice el proyecto de Estado socialista que lidera el presidente Chávez, o que se recupere el hilo perdido de la democracia que se extravió en los 90”, afirma Hernández.
Además, estas elecciones presidenciales tienen la particularidad que es la primera vez que el presidente venezolano puede perder.
“Tanto en las encuestas como en la calles, se ve la posibilidad real que salga del poder, es un hecho histórico porque los caudillos han salido por golpes de Estado, suicidios o asesinatos”, agrega Hernández.
Respecto al proceso electoral mismo, Antonio Pasquali, periodista y experto en comunicciones, aclara que no pasó nada grave, pero estuvo desbalanceado en favor de Chavez, quien pudo usar todos los medios públicos (vetados a la oposición) además de algunas docenas de ‘cadenas’ abusivas.
“Pero mientras Chávez estaba en pantalla, Capriles recorría el país de punta a punta en contacto con los votantes y ese factor probablemente le asegure la victoria”, puntualiza.
Para Hernández, este hecho hace que la elección sea atípica pues no es entre dos partidos políticos, sino la alianza de los adversarios de Chávez contra él y su aparato estatal: los ministerios, PDVSA, los medios de comunicación públicos.
Según cifras del Gobierno venezolano, la petrolera aumentó su presupuesto en un 328 por ciento en los últimos dos años en programas sociales, mientras que el ministerio de comunicaciones recibió una partida de 50 millones de dólares para pregonar los logros chavistas.
A la pregunta de si la popularidad de Capriles se debe a su programa de gobierno o al antichavismo, Pasquali afirma que no hubo prácticamente antichavismo; fue su mejor estrategia para hacerle entender al país que debia dejar atrás el período chavista de la polarización y los insultos.
“Entre los votantes por Capriles hay un deseo profundo de cambio ante los asesinatos, la pobreza y la descomposición institucional y estructural del país”, dijo.
Las posibilidades de disturbios durante o después de las elecciones son remotas, ya que el pueblo venezolano no es violento políticamente.
“Cuando en Venezuela hay hechos políticos violentos, la gente se conmueve. Por esto, cuando Chávez dice que habrá una guerra civil si pierde es mentira, porque para una guerra se necesitan dos”, asegura Hernández.
Lo importante para Carrera es que los venezolanos recuerden lo que es una democracia y que la tuvieron por más de cuatro décadas.
La enfermedad de Chávez que en un principo se pensó que iba a ser definitiva en las elecciones, incluso se alcanzó a pensar que no llegara vivo, se ha opacado.
“En los meses que precedieron el proceso electoral su enfermedad sí impactó a ambos bandos.
El mejoramiento sucesivo (que Chávez le vendió al país como una curación definitiva) le permitió pasar a segundo plano el tema de la enfermedad. Pero estimo que su enfermedad sí pesará en las ponderaciones del votante”, agregó Pasquali.
Las posibilidades de fraudes son nulas pues tanto la oposición como el chavismo tendrán testigos en el 99 por ciento de las mesas del país.
Según Hernández, si la diferencia no es superior a 500.000 votos, los perdedores estarán convencidos que hubo fraude y entonces quedará un manto de duda.
LA AGENDA BILATERAL CONTINUARÁ
Andrés Molano, profesor de la Facultad de Relaciones Internacionales de la Universidad del Rosario, afirmó que lo importante para Colombia, como país vecino y tan intensamente interconectado con Venezuela, es que el proceso electoral tenga suficientes garantías, credibilidad y legitimidad para que el nuevo gobierno disponga de la gobernabilidad suficiente para mantener la estabilidad política del país.
“Creo que con Venezuela hay una hoja de ruta que concierne más a la relación bilateral que a los gobiernos. Yo no vería una nueva agenda, sino la continuación de las relaciones con los casos coyunturales que se vayan dando”, agrega Molano.
Lo más importante para el analista es en el papel que juega Chávez en el proceso de paz colombiano.
“Más interesante es hasta qué punto el rol de Venezuela en dicho proceso está vinculado a la figura del presidente Chávez y si, en caso de perder las elecciones, las Farc quisieran incorporar a Chávez como facilitador o agente de buenos oficios”. añade.
Asimismo, dice que Capriles tampoco podría salir a darle cacería a los jefes de las Farc porque Venezuela perdería su papel de acompañante en la mesa de negociaciones, “eso tiene que sincronizado con el gobierno colombiano”.
CHÁVEZ
Mayor presencia policial, prevención y enjuiciamiento de los delincuentes.
Creación de un Sistema Nacional de Víctimas de Violencia Grave Intencional.
Más y mejores cárceles.
Facilitar la reinserción de los penados.
CAPRILES
“Cero tolerancia” ante la corrupción policial, y mejora salarial y educativa para policías.
Fortalecimiento del sistema judicial.
Mejora y ampliación de la infraestructura penal.
Plan de desarme de la población, destrucción de armas y registro de portadores legales.
Pedro Vargas Núñez
Subeditor Portafolio