Fiat anunció que completó la adquisición de Chrysler, en momentos en que el fabricante italiano de automóviles se prepara para usar los recursos combinados para enmendar el rumbo de sus deficitarias operaciones en Europa.
La compañía anunció el 1 de enero que había alcanzado un acuerdo por 4.350 millones de dólares para obtener el control total de Chrysler, poniendo fin a más de un año de tensas negociaciones que habían obstruido los esfuerzos del presidente ejecutivo, Sergio Marchionne, por combinar los recursos de las empresas.
Fiat compró una participación de un 41,46 por ciento en Chrysler, que estaba en manos de un fondo de salud asociado con el sindicato de trabajadores de automotrices.
El fondo, conocido como Veba, recibió 3.650 millones de dólares en efectivo por la participación, de los cuales 1.900 millones de dólares vinieron de Chrysler y 1.750 millones de Fiat.
Chrysler se ha comprometido a entregar al fondo de los trabajadores otros 700 millones.
Las conversaciones para adquirir Chrysler habían sido seguidas de cerca por inversores de deuda y de capital, ya que el plan a largo plazo de Fiat para reducir las pérdidas en Europa depende de su capacidad para profundizar los lazos con la unidad estadounidense.
PLAN INDUSTRIAL SE PRESENTARÍA EN MAYO
Una fusión total será ahora más fácil pero no automática, con el propósito de combinar las cuentas mancomunadas de ambas empresas, lo que daría a Fiat más fondos para ampliar su línea de productos.
Fiat discutirá la futura sede de la compañía resultante de la fusión y una potencial salida a bolsa fuera de Italia en la reunión de su directorio el 29 de enero. La primera gran prueba para la fusión Fiat-Chrysler será un plan industrial de tres años que se espera que Marchionne presente en mayo, en el cual se esbozarán las inversiones y los nuevos modelos.
MILAN/REUTERS