China eliminará impuestos para las pequeñas empresas, ofrecerá más ayuda para los exportadores y ampliará los canales de financiamiento para impulsar la inversión en vías ferroviarias, informó el Gobierno ayer, en el esfuerzo más reciente de Pekín para impulsar una economía en desaceleración.
La segunda mayor economía del mundo vio una desaceleración de se crecimiento en nueve de los últimos 10 trimestres y si bien el Gobierno ha dicho que tolerará una expansión más lenta de la actividad para avanzar con las reformas, ha comenzado a ajustar la política en las últimas semanas para impedir que la economía retroceda más.
La radio y televisión oficial citaron al Consejo Estatal, el gabinete chino, informando que Pekín exonerará de impuestos a más de seis millones de pequeñas empresas, las cuales contratan a millones de trabajadores, con ventas mensuales de menos de 3.300 dólares.
El gabinete también informó luego en su sitio de internet que los bancos deberían aumentar su apoyo a los exportadores, al mismo tiempo que dijo que el Gobierno simplificará los procedimientos de liberación aduanera, recortará tasas administrativas y dará tarifa cero a los exportadores en el sector de servicios.
China también aumentará los descuentos de tasas de interés sobre préstamos para beneficiar a los importadores, y “mantendrá al yuan básicamente estable en un nivel razonablemente equilibrado”, decidió el gabinete en una reunión regular encabezada por el primer ministro Li Keqiang.
El gabinete también dijo que China diversificará los canales de financiamiento para construir vías ferroviarias en particular en el oeste y en las regiones pobres del país. La reunión decidió establecer un fondo de desarrollo ferroviario, con dinero inicial del Gobierno central, pero también intentando atraer contribuciones de inversores privados. China deberá innovar en emisiones de bonos para apoyar la construcción de vías férreas, dijo el Gobierno.
La economía china creció 7,5 por ciento en abril-junio en comparación con el mismo periodo del 2012. Aunque los principales líderes han remarcado en las últimas semanas que la reforma es la prioridad, también tienen prisa de garantizar a los inversores que Pekín no permitirá que la economía caiga demasiado. Algunos analistas señalan que China también es rehén de los mercados globales. “China no puede cambiar su situación de débil crecimiento económico debido a la todavía debilitada demanda externa y los problemas de exceso de capacidad en el mercado doméstico”, dijo uno de ellos.
PEKÍN/REUTERS