"La situación del mercado laboral no es negativa, pero sí es preocupante. La región corre el riesgo de perder la oportunidad de avanzar en la generación de más y mejores empleos", señaló la directora regional de la Organización Internacional del Trabajao (OIT) para América Latina y el Caribe, Elizabeth Tinoco, durante la presentación del informe en Lima, Perú.
El Panorama Laboral de este año dice que la tasa de desempleo urbano promedio para la región registró una nueva caída (de 6,4 a 6,3%), en un contexto de desaceleración del crecimiento económico.
Si la modesta expansión se extiende al 2014, cuando según las previsiones podría llegar a 3,1 o 3,2%, el desempleo se mantendría en 6,3% el próximo año, augura el informe.
"Los salarios crecen menos que en años anteriores, la informalidad no se reduce, la productividad está aumentando por debajo del promedio mundial, y ha aumentado la desocupación de los jóvenes en las zonas urbanas", recalcó Tinoco.
La leve baja de la tasa de desempleo urbano no se produjo por un aumento en la tasa de ocupación, que permaneció igual a la del año pasado en 55,7%, y más bien fue impulsada por una ligera baja en la tasa de participación en el mercado laboral de 59,6% a 59,5%, detalla el informe de la OIT.
El Panorama Laboral 2013 también señala que hay al menos 6,6 millones de jóvenes desempleados en América Latina y el Caribe. La tasa de desempleo juvenil en las zonas urbanas incluso experimentó una leve alza en el promedio regional al pasar de 14,2% a 14,5%.
"Las difíciles condiciones de trabajo de los jóvenes deben ser abordadas con políticas que estén dirigidas específicamente a producir más y mejores empleos, y que les permitan aspirar a un futuro digno", agregó la directora regional de la OIT.
Ante tal panorama, el organismo recomienda generar un entorno propicio para el desarrollo de empresas sostenibles que produzcan empleo formal, reforzar la institucionalidad laboral y el diálogo social, diseñar y aplicar en forma oportuna políticas activas del mercado de trabajo, mejorar la educación y la formación para el trabajo, promover la formalización tanto de las empresas como de las relaciones laborales y aplicar políticas orientadas a aumentar la productividad.