El gobierno griego de Alexis Tsipras terminaba de perfilar este martes los detalles de un programa de reformas alternativo al plan de ayuda internacional en marcha desde 2010, mientras la UE se mostraba escéptica sobre la posibilidad de un acuerdo.
Grecia espera que Bruselas acepte las condiciones que propondrá, especialmente un relajamiento de las medidas de austeridad, la Comisión Europea ve pocas posibilidades de pactar con Atenas, cuyo programa de ayuda termina el 28 de febrero.
El nuevo ejecutivo, liderado por el partido de izquierda radical Syriza, se sometió al voto de confianza del parlamento sobre las declaraciones de política general del primer ministro, que ha prometido el fin de la austeridad y menos imposiciones de sus principales acreedores (UE, BCE y FMI). Para lograrlo, Atenas presentará en Bruselas, donde se reunirá este miércoles con los ministros de Finanzas de la zona euro, una propuesta de plan para sustituir los acuerdos en vigor. Algunos detalles de la oferta han comenzado a filtrarse a la prensa, con una fuente del ministerio de Finanzas que afirma que el programa no tiene nada de “radical” y que es pura “lógica”.
Los griegos desean proponer a sus socios un plan de reformas para reducir su endeudamiento, que entraría en vigor el 1 de septiembre, precedido de un “programa puente” (o ayuda financiera de urgencia), que permita al país ganar tiempo para enfrentarse a los vencimientos de deuda pendientes.
Grecia aceptaría respetar en torno al 70 % de sus compromisos de reformas, y el otro 30 % sería remplazada por una serie de reformas a elaborar en concertación con la Ocde.
Según el ministerio de Finanzas, las medidas de las que pretende prescindir Atenas son “tóxicas” y serán remplazadas por otros diez proyectos de envergadura relacionados con temas “de los que todavía no se ha hablado”, “hechos a medida para Grecia”.
Se desea poner en marcha toda una ingeniería financiera para aligerar su deuda, que supera el 175 % de su PIB. Para financiarse de forma inmediata, Atenas, que renuncia a 7.200 millones de euros previstos para finales de febrero para liberarse de los planes de ayuda de la troika, desea recuperar 1.900 millones adeudados por el Banco Central Europeo (BCE) por concepto de obligaciones griegas.
También ha solicitado que el BCE aumente en 8.000 millones de euros la capacidad de Grecia para emitir bonos del Tesoro y así poder utilizar los 11.000 millones de euros que contiene el Fondo Heleno de Estabilidad Financiera.
SE ESPERA UN COMPROMISO ENTRE BAMBALINAS
“Los responsables de la eurozona podrían ver el discurso de Tsipras como una puesta en escena de cara al electorado, mientras que entre bambalinas el gobierno griego prepara un compromiso”, dijo el analista Garry Jenkins.
Optimista, la bolsa de Atenas cerró con una subida de casi el 8 %, impulsada por la expectativa de un compromiso entre Grecia y sus socios europeos.
Aunque Ángela Merkel recordó el lunes que las reglas “de base” no han cambiado (“Si ustedes hacen esfuerzos y reciben solidaridad. Es una contrapartida”), los griegos tienen de su lado al banquero francés Matthieu Pigasse, del banco Lazard, consejero sobre la deuda, quien aseguró que la troika se había “equivocado en todo” imponiendo una cura de austeridad a Atenas.
AFP