A cinco meses de que los presidentes de Estados Unidos, Barack Obama, y de Cuba, Raúl Castro, sorprendieran al mundo con su anuncio de normalizar las relaciones interrumpidas desde hace 55 años, Washington se sacó de encima este viernes un enorme obstáculo al retirar a ese país de la polémica lista de países que promueven el terrorismo.
Se trata de una decisión que ha sido vista con hostilidad desde la oposición del partido republicano, que controla el Congreso estadounidense, pero que marca un hito histórico no solo para los dos países, sino para el resto de la región de América Latina.
El Departamento de Estado anunció que, al fin de un proceso iniciado por determinación de Obama en diciembre pasado, no había razones para mantener a Cuba en la lista, en la cual fue incluída ese país en 1982 por apoyar a grupos terrorista como ETA, las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (Farc) y a algunos fugitivos de la justicia estadounidense.
“El anuncio simplemente removió el mayor obstáculo para el restablecimiento de las relaciones diplomáticas entre Estados Unidos y Cuba”, opinó Marc Hanson, especialista del grupo de reflexión Washington Office on Latin America (Wola), según AFP.
Para el experto, con Cuba fuera de la lista “podemos esperar otros cambios. Los dos países deberían anunciar, en las próximas semanas, un acuerdo para reabrir sus embajadas y retomar relaciones diplomáticas”. En la visión de Hanson, la decisión estadounidense de completar el proceso de revisión y retirar a Cuba de esa lista ayuda a actualizar “el enfoque de Estados Unidos” en su relación hacia toda América Latina a partir de las realidades del siglo XXI.
Otro experto de Wola, Geoff Thale, opinó que la retirada de Cuba de la lista –donde hacía compañía a Sudán, Siria e Irán– es "un paso que llega muy atrasado”, al mencionar que “retirar a Cuba de esa lista pone punto final a una barrera de larga data en nuestras relaciones, y pavimenta el camino para que las dos partes discutan sus diferencias sin las vendas de la Guerra Fría.
Con la nueva medida, las entidades bancarias estadounidenses o con operaciones en Estados Unidos podrán establecer relaciones con Cuba.
La Sección de Intereses de Cuba en Washington (que en algún momento volverá a ser la Embajada cubana en Estados Unidos) pasó más de un año sin disfrutar de servicios bancarios, ante los temores que las restricciones vigentes inspiraban en los bancos.
LOS CUBANOS QUIEREN MÁS
Los cubanos se regocijaron por la exclusión de la isla de la lista estadounidense de países terroristas, pero recordaron al presidente Obama que quedan pendientes el embargo económico y la devolución de la base naval de Guantánamo (en el extremo oriental de la isla), y queda el bloqueo (embargo de Washington). No todos los cubanos están contentos: una excepción es la líder del movimiento femenino Damas de Blanco, Berta Soler, quien dijo a AFP en Los Angeles que “es bastante preocupante porque lo que el gobierno cubano está haciendo en este mismo momento es un terrorismo de Estado contra” ese grupo opositor. Eso solo “empoderará económicamente al gobierno cubano", cuando “la que tiene que salir beneficiada es la sociedad civil”.
MEDIDA SIN EFECTOS PRÁCTICOS
El presidente de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, el republicano John Boehner, aseguró que el gobierno de Barack Obama “ha entregado al régimen de los Castro una victoria política importante a cambio de nada”. El Congreso tenía 45 días para pronunciarse sobre la decisión tomada por Obama de sacar a Cuba de esa lista, con la opción de presentar un proyecto de ley para tratar de revocarla, algo que no se ha producido. El legislador insistió en que la medida “solo es el último ejemplo” de que Obama está más centrado “en hacerse amigo de los enemigos del país”. Advirtió de que la retirada de la lista “afortunadamente tendrá poco efecto práctico”, al referir que la mayoría de las sanciones contra el régimen cubano están contenidas en otras leyes, que la Cámara se asegurará de que permanezcan”.
EN MIAMI, ISLEÑOS ESPERAN QUE HAYA APERTURA DE LA HABANA
Cuba debería abrirse democráticamente. Al menos eso es lo que esperan los cubanos en Miami, el enclave en Estados Unidos de la diáspora de la isla que recibió la noticia sin sobresaltos.
“Va a traer beneficios importantes para Cuba. Va a traer beneficios económicos, pero también se va a conocer realmente lo que es la democracia”, dijo el cubano Ariocha Fernández Menas en La Pequeña Habana, el tradicional barrio cubano en Miami, Florida (sureste de EEUU). Fernández Menas, quien llegó de Cuba a Estados Unidos hace dos años, caminaba por las calles del barrio, que este viernes continuó su vida tranquilamente, con las tiendas llenas de turistas, el tradicional Parque del Dominó repleto de hombres jugando y los bares sirviendo cortaditos o mojitos. “Creo que es una jugada muy inteligente del gobierno norteamericano y estoy a favor, estoy a favor, pero también estoy de acuerdo con lo que dice mi hermano, que Cuba tiene que empezar a ser menos terrorista con su propio pueblo”, dijo Jorge González, cubano de 57 años, quien caminaba junto a su hermano Reinaldo. Pero no todo el mundo recibió con agrado el anuncio del gobierno del presidente Barack Obama del retiro de Cuba de la lista del Departamento de Estado sobre países que promueven el terrorismo. “¿Por qué no estoy de acuerdo? Porque llevamos 50 y pico de años en la cosa esta y entonces el presidente este (Obama) dale y dale y dale y todo se lo da y ellos no dan nada”, dijo Carlos Picazo, de 70 años. Miami, que ha recibido a cientos de miles de inmigrantes cubanos desde la revolución cubana de 1959, ha acompañado con tranquilidad el proceso de acercamiento entre Washington y La Habana anunciado en diciembre, con apenas alguna esporádica y pequeña protesta en contra. Encuestas muestran que la comunidad cubana-estadounidense favorece mayores contactos entre los antiguos rivales, mientras la diáspora se ha transformado: han disminuido las primeras generaciones de exiliados, de posturas más duras, mientras aumentan los llegados recientemente de Cuba, proclives a un mayor contacto bilateral.
Agencias
Washington