A pesar de ser uno de los mayores proveedores de crudo, América Latina es hoy un dependiente de los derivados de petróleo refinados por los Estados Unidos, en un volumen que se triplicó en menos de una década y que asciende en la actualidad a 2 millones de barriles por día.
Con una capacidad de refinación de 18 millones de barriles de petróleo, soportada en 140 plantas concentradas en gran parte en el golfo de México, Estados Unidos atiende el consumo creciente de gasolinas y otros destilados por parte de Latinoamerica y Canadá.
El resto de la infraestructura de refinación de un tamaño significativo que se estancó, está ubicada en México, Brasil y Venezuela, y representa alrededor de 5 millones de barriles de procesamiento por día.
Entre los mayores importadores de derivados de petróleo se cuentan México, Brasil, Chile, Panamá, Venezuela y Colombia.
Este último pagó una factura superior a los 3.500 millones de dólares en el 2012 por el producto estadounidense, lo que se compara con un monto de aproximadamente 300 millones de dólares hace 5 años.
A nivel de importadores particulares, en Colombia figura el complejo minero de Cerrejón, con compras totales por un valor cercano a 1.000 millones de dólares, una buena parte de los cuales está representada en combustibles.
Se compara esta cifra con el monto de ventas de carbón hechas por Colombia a Estados Unidos en el 2012, por una cuantía cercana a 600 millones de dólares.
Según un análisis de la Agencia de Información de Energía (EIA), en recientemente se “ha convertido en un exportador neto de combustibles” hacia el resto del continente, en donde la demanda creció a una tasa del 40 por ciento en la última década.
MÁS VENTAS DE GAS LICUADO
La agencia estadounidense pronostica que el gas licuado será otro producto con gran potencial de exportación a la región, principalmente a Centro y Suramérica, donde el consumo ha crecido en 51 por ciento a lo largo del periodo.
Advierte, sin embargo, que solamente países como Perú y Trinidad Tobago cuentan con las instalaciones adecuadas para su importación.
Señala asimismo que la ampliación del Canal de Panamá abrirá nuevas opciones para el movimiento de tanqueros, que podrán llevar suministros hacia países con un consumo creciente de gas como son Argentina, Brasil, Colombia y Perú.
Germán Duque
Miami