Algo va de los líderes políticos a los empresariales. Mientras en Panamá las cancillerías de los países presentes en la VII Cumbre de las Américas no pudieron llegar a un consenso en torno a una declaración final suscrita por todos, debido a la insistencia de Venezuela de condenar a Estados Unidos, el sector privado respaldó en bloque cuatro mensajes clave.
Estos fueron enviados a los mandatarios presentes y se encuentran contenidas en un documento dado a conocer ayer. De llevarse a cabo, quienes participan el Diálogo Empresarial de las Américas sostienen que el crecimiento económico sostenido sería posible en la región.
El propósito central de las recetas propuestas es conseguir que aumente la productividad de la región, cuyo atraso es el principal responsable de la brecha que separa a Latinoamérica de la zona del Asia Pacífico.
La primera fórmula es mejorar la infraestructura y fortalecer el comercio de bienes y servicios. Tanto los cuellos de botella en materia de vías, puertos, aeropuertos, procedimientos aduaneros, calidad y cobertura de los servicios públicos, como el escaso nivel de integración comercial actúan como un lastre en contra del desarrollo. Un segundo punto es facilitar recursos financieros para estimular el crecimiento, a través de mercados de capitales más efectivos y un mayor acceso de la población a las entidades de crédito. Un avance en la materia permitiría apuntalar la clase media y las pequeñas y medianas empresas.
En tercer lugar los empresarios hablaron de estimular la innovación, el espíritu empresarial y el capital humano.
Y por último el sector privado mencionó que hay que maximizar el potencial de los recursos naturales y energéticos de la región.
Al respecto, el presidente del Banco Interamericano de Desarrollo Luis Alberto Moreno dijo que “aquí se está enviando un poderoso mensaje que debería ser escuchado. Los empresarios tienen claro qué se necesita para que todos nuestros países crezcan de manera incluyente. Ahora hay que tener la voluntad política de impulsar las reformas que se requieren.
CARLOS SLIM TIENE LA FÓRMULA
No es usual que el magnate mexicano Carlos Slim le hable a un auditorio numeroso. Pero ante la invitación para tratar el tema de la responsabilidad empresarial, el hombre más rico de América Latina señaló, en el hotel Riu de Panamá, que el sector privado no puede ser ajeno a las presiones que traen los tiempos actuales sobre la economía. En particular, el empresario de las telecomunicaciones señaló que el gran enigma actual y en el futuro es cómo responder a las necesidades de empleo.
“La revolución tecnológica y la automatización se van a sentir sobre el mercado laboral”, señaló.
Slim reiteró que tarde o temprano se acabará imponiendo en el mundo la jornada de trabajo de tres días. “Estoy hablando de horarios más largos y edades de retiro cercanas a los 75 años”, sostuvo. “Un paso en ese sentido crearía vacantes, acabaría con la quiebra de los sistemas pensionales y mejoraría la calidad de vida de las personas”, propuso.
Ricardo Ávila
Director de Portafolio