Las grandes consultoras y los inversores más sagaces del mundo de las finanzas difícilmente podrán superar este año a los jóvenes estudiantes de dos colegios de Montevideo, cuyo proyecto escolar de inversión bursátil obtuvo un beneficio del 42,5 por ciento que será destinado a obras de caridad.
En total, los alumnos de los colegios Uruguayo-Americano y British Schools -de la capital uruguaya- obtuvieron de sus inversiones en la Bolsa de Nueva York unos 10.000 dólares en dinero real, en un plazo de cuatro meses. Lo hicieron a través de su cuidadosa selección de activos, al tiempo que aprendían los conceptos básicos de economía y los mercados de valores.
El éxito de los muchachos, entre 17 y 18 años de edad, se debe, según su profesor de economía e impulsor del proyecto, John Younger, "a que los jóvenes entienden más de la economía real que Wall Street. Saben lo que usa la gente en su entorno, saben lo que quieren ellos y saben lo que será lo próximo antes de que se enteren los grandes inversores en sus torres de cristal".
Este proyecto comenzó cuando Younger, un ex banquero canadiense que trabajó durante años para grandes firmas de Manhattan, que se retiró a Uruguay junto a su familia para dedicarse a la enseñanza, decidió buscar una forma creativa de inculcar los entresijos de la economía a sus alumnos.
"Cuando yo estudié economía, todo era muy técnico y teórico y no había aplicaciones reales. Así que cuando me tocó enseñar pensé que lo mejor era enganchar a los niños con una experiencia real, que a su vez permitiera pensar y usar los conceptos que vemos en las clases", explicó Younger.
Así, ni corto ni perezoso, el ex banquero entregó dinero de su propio bolsillo a sus alumnos para que crearan su cartera bursátil con la única condición que fueran empresas que cotizaran en Nueva York y que justificaran en el aula porqué creían que esas iban a dar beneficios.
"Los resultados han sido extraordinarios. Los estudiantes crearon cuatro carteras de inversión y todas ellas han obtenido beneficios muy por encima del mercado. Y ellos hicieron todo, elegir las acciones, elegir cuando vender, cuando comprar, llamar al corredor de bolsa. Todo.", agregó el profesor.
Para los alumnos de Younger, como Heidi Szeinfeld, de 17 años, la experiencia de invertir en la bolsa ha sido una "gran oportunidad para aprender como funciona el mundo y la economía...uno tiene que comprar lo que como consumidor normal compraría".
Dividendos irán a obra de caridad
A petición de los alumnos, el dinero ganado en la Bolsa de Nueva York se destinará a la construcción de un centro de asistencia juvenil en el interior de Uruguay. "Es bueno conocer las finanzas, pero quiero que los estudiantes se aseguren de saber que invertir en la bolsa es divertido, pero que también es un privilegio.
Tienen que aprender que uno obtiene ganancias porque forma parte de una sociedad, y que por eso es muy importante devolverle los beneficios", aseguró el profesor John Younger.