“Europa subestima la gravedad de la situación” ante el riesgo de deflación y recesión, aseguró este miércoles el primer ministro francés, Manuel Valls, al rechazar las demandas para aplicar más recortes en el viejo continente.
“Algunos veían hace seis meses la vuelta del crecimiento suavemente. Lo que yo veo, si no hacemos nada, es un riesgo de deflación y de recesión”, subrayó el socialista Valls en una entrevista publicada por el semanario Le Nouvel Observateur, según EFE.
El Primer Ministro frances justificó los presupuestos de su Gobierno para el año próximo, al comentar que reducir el déficit público al 3 % del producto interior bruto (PIB) en el 2015, en lugar del 4,4 % que prevé el Ejecutivo, “es imposible” y disminuir en 30 mil millones de euros (unos 37 mil millones de dólares) adicionales el gasto público, además de los 21.000 millones programados, “nos hundiría en la austeridad y bloquearía el país”.
Valls expresó sus temores de que “las políticas de ajuste no coordinadas hayan acabado por matar el crecimiento” en Europa. No obstante, destacó los “avances” conseguidos con la depreciación de la moneda única respecto al dólar y la importancia del plan de inversiones de 300 mil millones de euros (unos 370 mil millones de dólares) del nuevo presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker.
A su juicio, “eso quiere decir que podemos cambiar la política presupuestaria y monetaria de la Unión Europea”, como lleva pidiendo el presidente francés, François Hollande, desde que llegó al poder hace dos años y medio.
Al respecto, el primer ministro admitió que hace falta tiempo para reformar Francia y Europa y que la acción de su Ejecutivo no conseguirá resultados rápidos. “Hay que asumir que reformar un país que ha perdido su competitividad llevará diez años”, afirma Valls, quien dijo entiende la impaciencia.
Por otro lado, se informó que los países de la Unión Europea (UE) intensificaron ayer las negociaciones para salvar sus diferencias de cara a la cumbre de líderes comunitarios que comenzará este jueves, en la que esperan cerrar un complejo acuerdo sobre los objetivos que marcarán las políticas energéticas y climáticas hasta 2030.
Los jefes de Estado europeos se comprometieron a lograr en esta cumbre un consenso sobre las políticas energéticas y climáticas para el 2030, que incluye metas sobre reducción de emisiones de dióxido de carbono (CO2), para fomentar las renovables y para mejorar la eficiencia energética.
AVALAN A NUEVO PRESIDENTE DEL CE
La nueva Comisión Europea, presidida por el luxemburgués Jean-Claude Juncker, que debe entrar en funciones el 1 de noviembre, obtuvo ayer el aval del Parlamento Europeo. En total 423 diputados, principalmente de la gran coalición de conservadores, socialistas y liberales, votaron a favor del nuevo equipo de 28 comisarios, 209 se pronunciaron en contra y 67 se abstuvieron.
Juncker indicó que presentará antes de fin de año un programa de inversiones por 300 mil millones de euros (unos 370 mil millones de dólares), un ambicioso paquete para que el crecimiento económico se afiance en la Unión Europea (UE), que tiembla actualmente por la amenaza de una nueva crisis económica.
Juncker, que presentó su Comisión como “la de la última oportunidad”, aquella que debe reconciliar a la ciudadanía del bloque con el criticado y a veces incomprendido proyecto europeo, se propone revertir la curva de las inversiones que desde 2007, dijo, cayeron un 20%.