Los mercados financieros parecían aprobar las soluciones propuestas por el nuevo gobierno griego, inmerso esta semana en un maratón antiausteridad en Europa, para aliviar lo antes posible la enorme carga de la deuda del país.
La bolsa de Atenas, que se resintió por la histórica victoria de la izquierda radical Syriza en Grecia hace más de una semana, cerró la sesión de este martes con una subida del 11,27%. Las otras plazas bursátiles en Europa operaban en verde, aunque más moderadas, reflejo del optimismo que reina tras las últimas propuestas presentadas por el gobierno de Alexis Tsipras para obtener un alivio significativo de la deuda del país, que representa el 175% del Producto Interno Bruto (PIB).
El ministro de Finanzas griego, Yanis Varoufakis, que se reunió este martes en Roma con su homólogo Pier Carlo Padoan, anunció en el Financial Times un posible "programa de intercambio de deuda" que incluye la indexación de la deuda al crecimiento.
Según el ministro, citado por el diario británico, no se trataría de reducir la enorme deuda de más de 300.000 millones de euros, sino de renegociarla mediante cambio de títulos, y el compromiso de mantener un excedente primario, con el fin de tranquilizar a los mercados.
Las explicaciones que ha dado después el portavoz del nuevo gobierno griego, Gabriel Sakellaridis, para demostrar que Grecia sigue reclamando la anulación de su deuda no han empañado el optimismo.
Hay "varias formas técnicas" de "borrar la deuda griega y las nuevas propuestas del ministro forman parte", dijo el portavoz.
"El gobierno mantiene su posición de que la deuda griega no es viable y por ello, hay que anularla. Cuando decimos anulación puede hacerse mediante varias formas técnicas", explicó. "Una de estas soluciones técnicas es la que Varoufakis presentó ayer (lunes) a los inversores británicos", agregó.
ENCUENTRO TSIPRAS-RENZI
El ministro griego de Finanzas tendrá ocasión de presentar esta solución durante su visita este miércoles a la sede del Banco Central Europeo, donde se reunirá con el presidente Mario Draghi, en Fráncfort. Los dirigentes del BCE tienen previsto abordar un tema fundamental para Atenas como es la renovación o no de una ayuda financiera de urgencia para los bancos griegos, actualmente en dificultades.
Pero la cita más esperada es la que tendrá el jueves con su homólogo alemán, Wolfgang Schõuble, en Berlín. Por su parte, el primer ministro griego, Alexis Tsipras, también explicará las ideas del nuevo gobierno griego a su homólogo italiano, Matteo Renzi, con el que se reúne al final de la tarde de este martes en Roma.
"Queremos trasladar la discusión de política económica, de la austeridad al crecimiento y la inversión", dijo el lunes Renzi.
SIN FLEXIBILIDAD DE MERKEL
La canciller alemana, Angela Merkel, se mantiene por su parte, firme, aunque no cierra la puerta a la negociación. "Está claro que el gobierno griego está definiendo su posición, lo que es más que comprensible si se tiene en cuenta que llevan pocos días en el poder. Esperamos las propuestas y después hablaremos. Habrá suficientes ocasiones para ello", dijo este martes.
Para Berlín, la línea roja sería sin duda la reducción pura y simple de la deuda. Pero se puede hablar de un reescalonamiento, según una fuente cercana al gobierno alemán. Los mandatarios europeos, incluidos los italianos, se mantienen muy prudentes en sus discusiones con el nuevo poder en Atenas.
"En lo que se refiere a Grecia, creo que hay que dar muestra de mucha seriedad, de prudencia y de responsabilidad y hablaremos de ello con el primer ministro Tsipras", explicó el lunes Renzi, muy preocupado de no parecer como el promotor de un "eje mediterráneo" contra Europa del norte.
El miércoles, Tsipras se reunirá con el presidente francés François Hollande en París, tras un encuentro en Bruselas con el presidente de la Comisión Europea Jean-Claude Juncker. Este último se mostró este martes dispuesto al diálogo, pero rechazó "cambiar todo" en Europa.
PARA GRECIA, EUROPA ES ESTRATÉGICO Y RUSIA, UN AMIGO MÁS
El nuevo gobierno griego, que tiene exdirigentes comunistas y prorrusos en sus filas, ha anunciado que quiere una buena relación con Moscú pero, según varios expertos, la política exterior de Grecia seguirá amarrada a Europa.
El partido Syriza, que domina el ejecutivo de coalición, ya no defiende la salida del país de la OTAN. Sin embargo, el embajador ruso en Atenas fue la primera persona en visitar al primer ministro Alexis Tsipras, vencedor de las legislativas del 25 de enero.
Pocos días después, el ministro de Relaciones Exteriores, el excomunista Nikos Kotzias, condenó la reacción "espasmódica" de la UE hacia Moscú y dijo que Bruselas debe pensarse mejor qué tipo de relación quiere con el Kremlin.
Por su lado, el ministro de Defensa, Panos Kammenos, líder del partido soberanista Griegos
Independientes y socio de gobierno de Syriza, ha dicho que Rusia es un aliado natural de Grecia y anunció que recibió una invitación de su homólogo ruso para reunirse con él en Moscú "próximamente". Por eso, cuando la semana pasada el gobierno de Alexis Tsipras protestó contra un comunicado de la UE que amenazaba con imponer más sanciones a Rusia por su papel en el conflicto de Ucrania, muchos vieron la mano del Kremlin.
Tsipras, que quiere convencer a sus socios europeos de la necesidad de salir de la política de austeridad, ha tratado de calmar el temor de los occidentales a una hipotética alianza estratégica entre Grecia y Rusia. Durante una visita a Chipre el lunes, el dirigente dijo que su país quiere ayudar a establecer un "puente" entre Europa y Rusia, y desmintió que su gobierno vaya a pedirle ayuda financiera a Moscú. Constantinos Filis, director de investigación en el Instituto de Relaciones Internacionales de Atenas, dijo que no ve un cambio estratégico en dirección de Rusia. "
Grecia va a modificar su retórica; intentará mejorar sus vínculos y pedirá una política occidental más equilibrada hacia Rusia. Pero no veo venir un giro radical en las semanas y meses venideros", dijo a la AFP. Fiodor Lukianov, presidente del Consejo de Defensa y Asuntos Exteriores, vinculado al Kremlin, observó que Grecia tiene puesta toda su atención en negociar una salida de las políticas de austeridad impuestas por sus acreedores desde 2010.
"Por mucha simpatía que le tengan a gente de aquí (en Rusia), Tsipras tratará de posicionarse como un líder griego responsable, lo que implica resolver los problemas, y no crear más", dijo Lukianov a la AFP.
Grecia y Rusia tienen profundos vínculos históricos y culturales, empezando por el hecho de que son países de religión cristiana ortodoxa. Moscú y Atenas se opusieron a la independencia unilateral de Kosovo en 2008, y el turismo ruso, muy presente en Grecia, le aporta ingentes ingresos al sector. Tsipras viajó a Moscú para reunirse con dirigentes rusos en mayo de 2014, dos meses después de la incorporación de Crimea, y se pronunció en contra de los planes de expansión de la OTAN en Europa oriental
UN AS EN LA MANGA
Según varios analistas, los guiños a Rusia son una carta con la que está jugando el gobierno griego para salirse con la suya en el tema económico. Pese a esa cercanía, Filis cree que en caso de que Europa quisiera imponer más sanciones a Rusia en la cumbre del 12 de febrero en Bruselas,
Grecia no opondrá su veto. "El gobierno griego no se va a arriesgar a quedar aislado del resto de Europa por Rusia", dijo. Otro factor importante que podría animar a
Grecia a seguir alineada con Occidente es el apoyo del presidente estadounidense, Barack Obama, a la cruzada antiausteridad del gobierno de Atenas. Theodoros Couloumbis, profesor emérito de relaciones internacionales en la Universidad de Atenas, dijo que hasta ahora el gobierno ha demostrado que su prioridad está en seguir al lado de sus aliados europeos.
A propósito de la gira de Tsipras y su ministro de Finanzas Yanis Varoufakis por París, Londres y Roma esta semana, Couloumbis observa: "Si uno mira el lenguaje corporal, las visitas y los contactos del gobierno griego, ¿adónde van? a otros países de la Unión Europea".
AFP