La industria brasileña advirtió sobre claras señales de pérdida de competitividad, provocada por la fuerte valorización del real, que impulsa las importaciones y dificulta las exportaciones.
El crecimiento de la industria alcanzó un pico en el primer semestre de 2010 y comenzó a reducirse en la segunda mitad de este año.
Las perspectivas para el 2011 son de una ralentización impulsada por la demanda interna.