Los sindicatos en varios países de Sudamérica están nuevamente en la calle para pedir alzas salariales, reviviendo los recuerdos de viejas crisis económicas que fueron encendidas por la espiral de precios y salarios.
El fuerte crecimiento ha empujado el desempleo a mínimos históricos en Brasil y a cerca de su menor nivel en dos décadas en Argentina. Eso ha dado a los trabajadores de esos países más herramientas para negociar y supone una prueba para los gobiernos de izquierda.
Los sindicatos brasileños prometieron ir a la huelga si no logran que los salarios superen las crecientes tasas de inflación en el país. Los trabajadores de la construcción brasileños, un sector de alta demanda debido a las obras necesarias para el Mundial de Fútbol en el 2014 y los Juegos Olímpicos del 2016, quieren un aumento en sus salarios de cinco puntos porcentuales por encima de la inflación y han amenazado con “paralizar Sao Paulo” si las negociaciones no alcanzan sus expectativas.
La mayoría de los trabajadores sindicalizados de Argentina están exigiendo incrementos salariales por encima del nivel anual de inflación, que se sitúa en torno al 25 por ciento, según las estimaciones de economistas privados.
'El genio de la inflación está fuera de la botella y aún no ha sido contenido. Chile ha sido un clásico luchador contra la inflación, pero aún no puede controlarla”, dijo Gary Kleiman, de Kleiman International, en Washington.
BUENOS AIRES - SAO PAULO / REUTERS