A esta hora el expresidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, se entrega a la Policía Federal para cumplir su pena por corrupción y lavado de dinero.
Pese a que decenas de militantes impedían su salida del Sindicato de Metalúrgicos en Sao Bernardo do Campo donde permanecía antrincherado desde hace dos días, medios brasileños reportan que el exmandatario salió a pie del lugar y se dirige hacia la policía para hacer formal su entrega.
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Lula salió rodeado por partidarios, entre ellos líderes de su Partido de los Trabajadores y empleados siderúrgicos, quienes se habían reunido afuera de la sede sindical situada en un suburbio industrial de Sao Paulo. El popular exmandatario será llevado a una prisión en la ciudad sureña de Curitiba, donde empezará a cumplir una condena de 12 años.
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El mandatario había anunciado en la mañana de este sábado que estaba decidido a entregarse, pese a que reafirmó su inocencia. "Voy a cumplir la orden de cárcel y cada uno de ustedes se transformará en un Lula", afirmó el exmandatario de izquierda (2003-2010), desencadenando un clamor unánime de "¡Soy Lula! ¡Soy Lula!"
Según el exmandatario, su condena obedece al propósito de evitar el regreso de la izquierda al poder en las elecciones de octubre, en las cuales es favorito en los sondeos.
"Hace mucho tiempo que soñé que era posible gobernar este país incluyendo a millones de personas pobres en la economía, en las universidades, creando millones de empleos", proclamó, antes de ser sacado en andas del camión de sonido sobre el cual se había improvisado una capilla.
"Ese es el crimen que cometí (...). Y si fuera por ese crimen, de colocar a negros en la universidad, de que los pobres puedan comprar un auto, viajar en avión, seguiré siendo un criminal", agregó desde la cima del camión, acompañado por dirigentes de partidos de izquierda y de Dilma Rousseff, su sucesora y heredera política, destituida en 2016 por el Congreso.
"Creo en la Justicia. Pero en una Justicia justa", prosiguió, afirmando que el juez Sergio Moro carecía de cualquier prueba fehaciente para condenarlo como beneficiario de un apartamento entregado por la constructora OAS para beneficiarse de contratos en Petrobras. "Moro mintió al decir que esa apartamento era mío", reiteró.