El gobierno de Nicolás Maduro utiliza el hambre y la pobreza, entre otras tácticas, como una manera para permanecer en el poder en Venezuela, asegura Francisco O. Mora, director del Centro para Latinoamérica y el Caribe Kimberly Green de la Universidad Internacional de la Florida.
Mora, también asistente para el hemisferio occidental del secretario de Defensa de Estados Unidos entre el 2009 y el 2013, afirma que debido a la volatilidad y dificultad de la situación, no es seguro que Maduro permanezca en la presidencia por más de un año; sin embargo, esto no quiere decir que el chavismo deje el poder.
Lea: (¿Sirven las sanciones internacionales para sacar a Maduro del poder?)
¿Por qué a pesar de la profunda crisis de Venezuela en todos los sentidos, Maduro se mantiene en el poder?
Yo no me atrevo a hacer pronósticos al respecto más allá de un año debido a la situación tan volátil, insegura y de incertidumbre, que realmente no se puede predecir cuánto puede durar el gobierno de Maduro. Ya llevamos cinco años en una crisis desastrosa y es contraintuitivo que un gobierno enfrentándose a tantos desafíos, retos y crisis permanezca en el poder.
Lea: (¿Qué hacer para que se caiga Maduro?)
¿Cuáles son esos factores que utiliza a su favor?
Mecanismos de control social, represión a todos los niveles, politización de las fuerzas armadas, informantes creando una desconfianza que existe no solo entre la oposición sino dentro de la misma sociedad.
La utilización de la pobreza como mecanismo de control social, que la gente está más preocupada de cómo resolver sus necesidades del día a día y no hay suficiente tiempo para planear, conspirar y movilizar una oposición. Todos estos factores convergen para la continuación de un régimen que en todo caso uno pensaría que no pudiera estar en el poder.
Lea: (EE.UU. y militares venezolanos conversaron para tumbar a Maduro)
Hay algo que usted denomina un ‘golpe suave’, ¿en qué consiste?
En un cambio de personaje pero no de régimen. Y es que las élites políticas dentro del chavismo busquen un respiro o una solución a corto plazo, quiten a Maduro y lo reemplacen con otro que sea chavista o que defienda los intereses de esa burguesía bolivariana. Tomarían unas medidas más pragmáticas para hacer unas concesiones, más que para dejar el poder.
No creo que la oposición que hay fuera y dentro de Venezuela vaya a sentirse apaciguada y piensen que la solución a los problemas es sencillamente el reemplazo de una persona. Los problemas son mucho más profundos que eso.
El peligro es que lleguen los radicales y no los moderados…
Sí, y yo creo que en ese caso podría llegar la vicepresidente Delcy Rodríguez, que en realidad pertenece a una facción más radical dentro del PSUV. Yo no la veo como una persona pragmática y moderada y puede que se radicalice hasta más todavía. En vez de moderarse se radicaliza más pensando que Maduro no tiene la capacidad de gobernar un país en crisis. Diosdado y Delcy representan las facciones más radicales.
Hasta el momento no han surgido esas facciones menos radicales porque se sienten hostigados por la situación interna y externa y han decidido mantener cierta unidad para enfrentar estos desafíos.
Usted habló de utilizar la pobreza como control social, ¿también se puede hablar de una política de hambre?
Es un modelo muy similar a lo que vimos y vemos en Cuba. El hambre ocasiona tres efectos: los más descontentos que se ven frustrados por el sistema y el hambre y tienden a salirse del país.
Segundo, a través de las redes de distribución de alimentos que controla el Estado pueden identificar a aquellos que se están 'portando bien' y darles a través del carnet de la patria acceso a alimentos, beneficios y empleo en el sector público.
Tercero: la gente está preocupada totalmente en satisfacer sus necesidades de alimentación, eso crea cierto nivel de indiferencia por la situación política y con cierta obsesión por resolver el día a día.
Con estos tres efectos se disminuye la posibilidad de que el pueblo o sectores importantes se rebelen contra el Gobierno. En últimas es una medida para exportar a la oposición y a la rebelión.
¿Esto quiere decir que la escasez es provocada o en verdad es por falta de divisas?
Primero, yo creo que la escasez y el hambre son producidas por la ineficiencia, la corrupción y el mal manejo del Gobierno.
Pero ellos han sabido aprovechar políticamente esta situación a través de los carnés de la patria y entonces tomando la lección de Cuba la han utilizado eso de una manera efectiva. Normalmente es una situación que puede producir una gran crisis pero la ‘torcieron’ de una manera que es positiva para el Gobierno. La aprovechan políticamente desmantelando, debilitando y exportando la oposición.
¿Qué otras tácticas del régimen cubano utiliza el chavismo?
La manera de controlar, politizar y manipular a las fuerzas armadas de Venezuela. Ellas podrían ser una amenaza para el estatus quo, pero a través de un proceso que ya lleva más de 10 años, con una contrainteligencia militar asesorada por el gobierno cubano, han debilitado y disminuido la posibilidad de que las fuerzas armadas se conviertan en una amenaza para el gobierno.
Al contrario, en muchos aspectos se han convertido en la columna vertebral del régimen controlando gobernaciones, ministros, presidentes de empresas públicas, acceso a los alimentos. Controlan los sectores más estratégicos del Gobierno y es una manera de no solo coaptar y politizar sino de asegurar que no se rebelen o den un golpe de estado.
¿Qué solución ve posible?
La solución a la crisis en Venezuela tiene que venir desde adentro y no desde afuera. Eso no quiere decir que la comunidad internacional no debe jugar su papel, buscar maneras de sanciones, pero es secundario a lo que debe ocurrir dentro de Venezuela.
Es la oposición, es el pueblo, son aquellos que están dentro del mismo Gobierno, tienen que decidir, movilizar, organizar a pesar de los desafíos, para buscar una solución pacífica. No es fácil, hemos llegado a un momento donde muere gente en enfrentamientos con el Gobierno y va a seguir ocurriendo. No veo cómo esto se puede solucionar desde afuera. Tiene que ser un proceso interno con el apoyo de la comunidad internacional.
¿Con elecciones?
En Venezuela no hay un estado de derecho. Es una dictadura. El gobierno no tiene voluntad de un diálogo serio que pueda buscarle una solución a la crisis.
Pedro Vargas Núñez
Editor Portafolio.co