El oficialista Alejandro Guillier y el exmandatario conservador Sebastián Piñera se enfrentarán el domingo por la presidencia de Chile en un balotaje inesperadamente reñido, donde se jugará la continuidad de las reformas de la centroizquierda frente a la apuesta por un mayor crecimiento económico.
En la recta final de la segunda vuelta, los aspirantes al sillón presidencial desplegaron hasta el último minuto su artillería para seducir al electorado indeciso, con ‘ofertas’ que serían clave en comicios en los que el voto es voluntario y la participación no superaría la mitad del universo electoral.
(Lea: Sebastián Piñera es favorito para ser otra vez presidente de Chile)
“Es una elección bastante inusual. Todo indicaría que será un triunfo ajustado o con una diferencia de 2 o 3 puntos”, explicó Guillermo Holzmann, analista y profesor universitario.
Piñera logró un 36,6% de los votos en la primera vuelta, ligeramente por debajo de la mayoría absoluta, y el senador Guillier, obtuvo un 22,7%, una cifra también menor a la esperada.
(Lea: La relación Colombia - Chile)
“Lo que determinará quién ganará se reduce a la cantidad de personas que se quedarán en casa, especialmente del lado de Guillier”, señaló Robert Funk, director del Centro de Estudios de Opinión Pública de la Universidad de Chile.
Aunque los dos candidatos mantendrían el actual modelo económico de libre mercado, Piñera ha prometido acelerar el crecimiento económico y corregir algunas de las reformas impulsadas por Bachelet, mientras que el periodista y senador de la coalición gobernante de centro izquierda aboga por continuar y profundizar las iniciativas.
Entre las propuestas que tiene Piñera se encuentra el objetivo de duplicar la tasa crecimiento de la economía, apoyado en un repunte de la inversión y un plan de reactivación, con un costo fiscal de US$14.000 millones, así como convertir a Chile en un país desarrollado y sin pobreza al 2025.
Por su parte, el plan de gobierno de Guillier tendría costo de US$10.000 millones, con impulso de la inversión en infraestructura y vivienda.
Santiago/Reuters
