El petróleo Brent tocó un mínimo intradía de 64,72 dólares y un máximo de 66,22 dólares, antes de terminar en 65,52 dólares. Mientras, el barril en Estados Unidos ganó 8 centavos, a 59,80 dólares por barril.
El mercado recibió apoyo de las sólidas cifras de demanda en Asia y Estados Unidos.
"La demanda global por petróleo continúa sorprendiendo al alza, con datos de abril que no muestran señales de desaceleración a pesar del repunte de los precios", dijo Energy Aspects en una nota.
Las importaciones de crudo en Japón subieron 9,1 por ciento frente al año pasado, a 3,62 millones de barriles por día (17,28 millones de kilolitros) en abril, dijo el lunes el Ministerio de Finanzas.
En China, las importaciones de crudo alcanzaron un récord de 7,4 millones de bpd en abril, mientras que sólidas ventas de automóviles contrarrestaban una desaceleración de la economía.
Con el feriado del Día de los Caídos el lunes en Estados Unidos se da inicio a la temporada de mayor demanda del verano boreal, asociada a viajes y traslados, y la Asociación Americana del Automóvil dijo que se espera que los viajes por carretera alcancen un máximo de 10 años durante este fin de semana.
El dólar se mantuvo cerca de máximos de dos meses frente al euro y el yen, así como a su nivel más alto en un mes frente a una canasta de monedas.
Un dólar más fuerte hace que el crudo sea menos atractivo para los tenedores de otras monedas.
La tensión en Oriente Medio se intensificó el lunes ya que el Estado Islámico envió más combatientes a la ciudad iraquí oriental de Ramadi.
En el exportador petrolero Libia, aviones de guerra del Gobierno oficial atacaron el domingo a un barco petrolero frente al puerto libio de Sirte, hiriendo a tres personas y dejando en llamas al carguero, informaron funcionarios.
Fue el tercer ataque confirmado contra tanqueros que realiza el Gobierno reconocido internacionalmente.
A cuatro años del derrocamiento de Muammar Gaddafi, Libia está dividida por el conflicto, con dos gobiernos y dos parlamentos aliados con facciones armadas que se disputan el control del país.
FIN DE LA HUELGA PETROLERA EN NIGERIA
El sector petrolero llegó hoy a un acuerdo con el Gobierno nigeriano para poner fin a la huelga de combustible en el país, el mayor productor de petróleo de África, que vive una crisis energética ante la escasez de gasolina y electricidad.
Los principales sindicatos de trabajadores y las empresas petroleras alcanzaron este acuerdo durante una reunión mantenida hoy con la ministra de Finanzas, Ngozi Okonjo-Iweala, en Abuya, con el objetivo de abordar la crisis.
La semana pasada, trabajadores del sector, liderados por los transportistas, anunciaron una huelga indefinida por las deudas de las grandes empresas importadoras de gasolina, que a su vez han detenido el suministro porque el Gobierno nigeriano también les adeuda mucho dinero.
El acuerdo se produjo después de que el Gobierno se comprometiera a que "estas demandas pendientes se decidirán y se trasladarán a la administración entrante", según detalló el presidente del Comité de Recursos Petroleros del Senado, Magnus Abe, en un comunicado.
Dentro de cuatro días se producirá la investidura del nuevo presidente, Muhammadu Buhari, cuyo equipo ya ha denunciado que nunca antes un presidente nigeriano ha recibido un legado tan pésimo y con tantos problemas.
Las empresas petroleras, por su parte, acordaron levantar la suspensión del suministro en las próximas seis horas, mientras que los trabajadores también se comprometieron a reabrir las estaciones de servicio de todo el país.
Esta mañana miles de personas hacían cola en las gasolineras de las grandes ciudades para conseguir un poco de combustible, que además debían comprar a un precio desorbitado -al menos el triple de lo normal- y sin ninguna garantía de poder llenar el depósito.
Pese al fin de la huelga, otro problema persiste en el país: la generación de electricidad ha caído a un mínimo histórico de 1.325 Megavatios (MW) -hace unas semanas estaba en torno a los 4.000 MW- debido al sabotaje de las tuberías de gas que alimentan las plantas eléctricas de todo el país. La escasez de gasolina y el descenso de producción de electricidad ha provocado una grave crisis energética en el país, donde las aerolíneas han cancelado todos sus vuelos y las compañías de telecomunicaciones advierten de que, si no se soluciona pronto, tendrán que comenzar a cerrar servicios.
Mientras, escuelas, negocios y hogares están en riesgo de quedarse a oscuras, lo que afectará a servicios públicos básicos como la sanidad.
A pesar de ser el mayor productor de petróleo de África con unos dos millones de barriles diarios, Nigeria tiene que importar el 70 por ciento de la gasolina que consume porque las refinerías funcionan muy por debajo de su capacidad y no pueden atender a la enorme demanda de combustible.
Con información de agencias