El presidente chipriota, Nicos Anastasiadis, aseguró que la investigación sobre todos los escándalos relacionados a la tormenta financiera en la que la isla está sumergida alcanzará a todos los niveles, incluida su propia familia.
La prensa chipriota está plagada de rumores los últimos días sobre transferencias providenciales efectuadas por los allegados de Anastasiadis, su predecesor, Demetris Christofias, cuyo mandato terminó hace un mes, u otras personalidades políticas.
El gobierno nombró la semana pasada una comisión de investigación compuesta de tres ex jueces de la Corte Suprema a cargo de determinar las responsabilidades --incluso penales-- en la crisis y detectar eventuales delitos de información privilegiada o favoritismos.
"Quiero insistir sobre el hecho que en ocasión de la ceremonia de juramento mañana martes de estos tres jueces, recibirán un mandato para investigar sobre todo lo que puede estar vinculado a mi persona, incluso a mis allegados", declaró Anastasiadis.
Al borde de la quiebra, Chipre obtuvo el 25 de marzo un rescate internacional de 10.000 millones de euros a cambio de una reestructuración de su sistema bancario que harán perder parte de sus ahorros por encima de los 100.000 euros a los depositantes de los dos principales bancos del país, el Bank of Cyprus y el Laiki Bank.
Estas pérdidas masivas, que afectan fuertemente a las empresas y amenazan con tener consecuencias dramáticas para el conjunto de la economía, alimentan un profundo resentimiento hacia cualquiera que haya podido beneficiar de algún privilegio.
Las acusaciones en la prensa evocan importantes sumas transferidas desde los dos bancos concernidos hacia el extranjero justo antes de que estalle la crisis.
La comisión, que funcionará durante tres meses con la posibilidad de extender sus trabajos otros tres, debe investigar también sobre una lista entregada a la prensa griega de personalidades políticas y sus allegados a los que los bancos condonaron sus deudas, por un total que asciende a millones de euros en los últimos cinco años.
El objetivo es que a finales de esta semana concluyan las conversaciones con el equipo de la troika (Comisión Europea, Banco Central Europeo y Fondo Monetario Internacional) que lleva varias semanas en la isla, para poder trasladar los acuerdos a la reunión del Eurogrupo del 12 de abril en Dublín.
En caso de que el Eurogrupo dé luz verde al memorando, el acuerdo debería ser votado posteriormente en los Parlamentos de los países de la Unión Europea, cuya legislación así lo exige.
De acuerdo a los medios chipriotas, está previsto que el Parlamento alemán vote en la tercera semana de abril. Según el rotativo chipriota Politis, entre las medidas de ajuste que se discuten figura el recorte de los salarios del sector público en 5 por ciento y el despido de 2.000 empleados dependientes del ministerio de Educación.
En su primera entrevista en el diario Fileleftheros tras su acuerdo con el Eurogrupo, el presidente Nikos Anastasiadis, aseguró el fin de semana que el recorte de salarios o puestos de trabajo en el sector público no está sobre la mesa de negociaciones.
Sin embargo, su ministro de Finanzas, Mijalis Sarris, había señalado unos días antes que no esperaba que fuera necesario un "recorte significativo" en los salarios públicos, sin excluir que lo vaya a haber. Entre los compromisos adoptados por Chipre de cara a la firma del memorando figura, además de una importante reestructuración bancaria, un amplio plan de reformas estructurales, privatizaciones, así como la subida del impuesto de sociedades.
Anastasiadis anunció este fin de semana una docena de medidas urgentes encaminadas a relanzar la economía y la inversión extranjera, entre ellas exenciones fiscales para los beneficios reinvertidos o la apertura de casinos.
AGENCIAS