"Nuestros países tienen que pasar de una cultura de ilegalidad a otra de legalidad para lograr avances en la reducción del tráfico de drogas", dijo Oscar Naranjo Trujillo, un experto del Instituto Latinoamericano de Ciudadanía, con base en México, y exdirector de la policía nacional de Colombia.
En ese sentido subrayó que ni las policías, ni el Poder Judicial, ni los organismos de gobierno, son instituciones que generan credibilidad en la población. "En América Latina llamamos a muchas economías ilegales como 'informales'.
En esas economías sin ley, es muy difícil aplicar normas, y se termina amparando al criminal y al funcionario corrupto", señaló Naranjo Trujillo. El secretario general de la OEA recordó a su turno que "América Latina es la única región en el mundo donde se concentran todas las etapas del negocio de la droga: producción, elaboración, tráfico y venta... Se trata de un factor muy negativo con el que tenemos que lidiar", dijo.
"Hemos hecho avances para mejorar en transparencia, pero aún hay mucho por hacer. Es necesario que los criminales tengan certeza de que habrá un castigo, que serán capturados, juzgados y condenados", opinó. Gobiernos de América Latina consideran necesaria una reforma integral de la estrategia contra las drogas que deje atrás las políticas que impulsó Estados Unidos durante décadas en la región priorizando la represión.
"Se debe considerar este problema como una emergencia humanitaria, que debe ser encarada con políticas públicas integrales", dijo Naranjo Trujillo. "Estamos de acuerdo en que son necesarias instituciones fuertes de seguridad pública, y políticas que permitan una respuesta holística y equilibrada", agregó a su turno Michael Boticelli, subdirector de la oficina de control de drogas de la Casa Blanca. El
ForoEconómico Mundial (también conocido como Foro de Davos, por la ciudad suiza en que tiene su sede) reunió hasta este jueves en la capital peruana a unos 600 líderes políticos y empresariales de unos 40 países. Perú se encuentra actualmente en la cima de los productores de cocaína, según el organismo de Naciones Unidas contra las drogas, que junto con el Departamento de Estado de Estados Unidos estiman en unas 320 toneladas la producción anual de cocaína peruana.
Los mayores productores de cocaína son Perú, Colombia y Bolivia, quienes integran la tríada andina desde la cual se distribuye la droga mediante el mercado negro a Estados Unidos, Europa y Rusia, con participación activa de los cárteles mexicanos y colombianos del narcotráfico.