El presidente chino, Xi Jinping, y su homólogo ruso, Vladímir Putin, acordaron ayer tras un encuentro en Shanghái una “completa asociación de cooperación energética” entre ambos países, sin que se haya firmado aún un esperado acuerdo de suministro de gas natural de Moscú a Pekín.
Los dos líderes así lo anunciaron en una declaración conjunta, en la que también destacaron su preocupación sobre Ucrania, crisis en la que Pekín ha intentado combinar una postura neutral con el rechazo a secundar las sanciones de la Unión Europea (U.E.)y los Estados Unidos a Moscú por su actuación en la misma.
Debido en parte a estas sanciones, que dejan a Rusia necesitada de nuevos compradores de su gas natural, la atención del encuentro estaba puesta en el posible acuerdo entre el consorcio ruso Gazprom y la Corporación Nacional de Petróleo de China (CNPC) para la exportación de esta materia prima a la segunda economía mundial.
No obstante, Putin destacaba sin entrar en detalles su alegría al haber sido informado de que las dos partes han realizado un significativo progreso, y reiteraba que Rusia quiere alcanzar un acuerdo con China en una fecha temprana, según la agencia oficial Xinhua.
Horas después, el consejero delegado de Gazprom, Alexei Miller, afirmaba desde Shanghái que “las charlas continúan para buscar un compromiso sobre el contrato de gas”, si bien ninguna de las partes ha confirmado que este se vaya a alcanzar durante la visita de Putin a China, que finaliza hoy.
Se estima que el retraso de la firma del acuerdo, cuyas negociaciones comenzaron hace casi diez años, se debe a que Rusia quiere utilizar sus contratos con la UE como precio de referencia, mientras China propone un costo más bajo, basado en sus importaciones de Asia central.
Además, algunos analistas consideran que China cuenta ahora con ventaja en las negociaciones, ya que mientras Moscú está ávida de obtener nuevos compradores de gas natural tras las sanciones, Pekín cuenta con otras alternativas, sobre todo en las repúblicas centroasiáticas de Kazajistán, Uzbekistán y Turkmenistán.
EN JUEGO, 25% DEL CONSUMO DEL PAÍS ASIÁTICO
Si se firma el contrato bajo las mismas condiciones de los países vecinos, este tendría una duración de 30 años y establecería un aprovisionamiento a China de 38.000 millones de metros cúbicos anuales de gas a través del gasoducto oriental La Fuerza de Siberia, la misma ruta por la que ya exporta petróleo al gigante asiático.
Esto supone casi un cuarto del actual consumo de China y es también alrededor del 20 por ciento de las ventas de gas de Gazprom en Europa, el principal destino de las exportaciones de la compañía, según estudios. Con el acuerdo gasístico aún en vilo, el comunicado conjunto firmado por ambos países sí confirma que las dos partes aumentarán su cooperación en la exploración de minas de carbón y el desarrollo de infraestructura de transporte en Rusia.
EFE