Como estaba previsto, EE. UU. impuso aranceles sobre las importaciones de US$34.000 millones de China ayer; y Pekín respondió imponiendo aranceles equivalentes a medida que la naciente guerra comercial entre las dos economías más grandes continúa desarrollándose. Si añadimos a esto los aranceles y contra aranceles en el Atlántico y América del Norte, el valor del comercio cubierto por las guerras económicas que ha iniciado el presidente Donald Trump alcanzará US$100.000 millones este fin de semana. Pero esto es sólo el comienzo.
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Dentro de poco, las guerras comerciales de Trump podrían fácilmente superar US$1 billón. Es probable que tenga consecuencias económicas tanto para Estados Unidos como para el mundo. Sería equivalente a un cuarto o más del comercio total de US$3,9 billones con el resto del mundo el año pasado y cubriría al menos 6% del comercio de mercancías a nivel mundial (con un valor de US$17,5 billones en 2017, según la Organización Mundial del Comercio).
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Hay tres razones para pensar que una guerra comercial de un billón de dólares no es totalmente inverosímil:
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Trump-China
Las guerras Trump-China pronto llegarían a US$600.000 millones. Las importaciones chinas de US$34.000 millones que Trump sometió a los aranceles son más o menos equivalentes en valor a un mes de importaciones de China. En este tramo se aplica un impuesto de 25% a 818 productos que van desde calderas de agua y tornos hasta robots industriales y coches eléctricos. A cambio, Pekín comienza a cobrar un arancel similar en una lista que incluye soya, mariscos y petróleo crudo.
Ambos países ya han emitido listas de productos adicionales que impulsarían el comercio total sujeto a aranceles a US$50.000 millones en cada lado. Sin embargo, indignado por las represalias, Trump ordenó que se aplicaran aranceles adicionales de 10% sobre US$200.000 millones más en importaciones de China y amenazó con añadir US$200.000 millones más. Ante esto, Pekín ha prometido su propia respuesta.
Así, se llegaría a US$450.000 millones, mientras que las importaciones del país en bienes de China el año pasado alcanzaron US$505.500 millones, y las exportaciones de EE. UU. a China alcanzaron un récord de US$129.900 millones. No parece alarmista decir que podríamos estar a sólo unos meses de que la mayor parte, o el monto total, de los US$635.400 millones en comercio se vean afectados con nuevos aranceles.
Guerras automotrices
Las guerras automotrices de Trump podrían alcanzar un valor de más de US$600.000 millones. En una entrevista televisada, el presidente de Estados Unidos calificó su plan para imponer aranceles a los automóviles y repuestos importados en nombre de la seguridad nacional estadounidense como “el más importante” entre sus terremotos comerciales. Y sin duda, así lo ven en UE y en otras partes.
Según los datos oficiales, EE. UU. importó US$191.700 millones en automóviles y camionetas en 2017 y otros US$143.100 millones en repuestos por un total de US$334.800 millones.
Está en curso una investigación sobre si las importaciones de automóviles extranjeros representan una amenaza para la seguridad nacional de EE. UU. Y, aunque es fácil burlarse de la idea de que un BMW o Toyota podría poner en peligro la seguridad de cualquier nación, la administración Trump ha dejado en claro que considera a la defensa de su industria manufacturera como una prioridad de seguridad nacional. La misma justificación se utilizó para imponer aranceles sobre el acero y el aluminio a principios de este año.
Como lo hizo con los aranceles sobre los metales, Donald Trump parece creer que los aranceles automotrices le darán influencia sobre la Unión Europea y Japón en las próximas negociaciones comerciales, así como sobre Canadá y México en las conversaciones continuas sobre un TLCAN actualizado.
Trump está presionando para forzar esta capitulación. Por esa sola razón, la idea de que EE. UU. podría imponer aranceles de 20% sobre algunas o todas esas importaciones no debe descartarse como una noción descabellada. Y es probable que cualquier arancel de EE. UU. se enfrentará a represalias de los afectados.
En el escenario extremo, que implica aranceles de ojo por ojo, se cubrirían más de US$650.000 millones en comercio global, con consecuencias para las empresas a nivel mundial.
TLCAN
A menudo, se pierde en la conversación global el hecho de que EE. UU. comercia más con Canadá y México (US$1,1 billones), que con China, Japón, Alemania y el Reino Unido combinados.
Después de criticar el “desastre” que ve en la versión actual de 24 años del TLCAN, Trump está tratando de renegociarlo a la vez que México ha elegido a un nuevo Presidente, lo cual puede llegar a complicar aún más el proceso. Canadá y México se han resistido a las demandas de EE. UU. de añadir nuevos elementos, como una cláusula que haría que el pacto expire cada cinco años.
Pero EE. UU. ha inyectado más incertidumbre en las conversaciones con su decisión de someter a Canadá y México con aranceles de acero y aluminio, así como la amenaza automotriz.
Las importaciones estadounidenses de automóviles y repuestos de sus socios del TLCAN - la mayor parte de las importaciones salieron de las propias fábricas de automóviles estadounidenses - tuvieron un valor de más de US$158.300 millones en 2017. Las exportaciones estadounidenses a Canadá y México alcanzaron US$87.800 millones.