El Senado de EE. UU. aprobó ayer por abrumadora mayoría un controvertido plan de recortes tributarios de 858.000 millones de dólares que, sin embargo, afronta una gran oposición de los demócratas en la Cámara de Representantes.
Con 81 votos a favor y 19 en contra, los senadores aprobaron la medida que extiende por dos años los recortes tributarios que vencen a finales de mes, y por 13 meses los subsidios de desempleo.
La medida pasa ahora a la Cámara de Representantes, donde afronta una férrea oposición de los demócratas porque incluye la extensión de los recortes tributarios para los más ricos.
Los recortes de impuestos fueron aprobados durante la Presidencia de George W. Bush (2001-2009) y sin esa extensión hasta 2012, unos 150 millones de estadounidenses en todos los niveles salariales verán un aumento de impuestos a partir de enero próximo.
Además, otros dos millones de personas perderían subsidios de desempleo, en unos momentos en que la tasa de desocupación se ubica en 9,8 por ciento y la recuperación económica es una de las principales prioridades de la Casa Blanca.
Poco antes, el presidente Barack Obama había instado al Congreso a aprobar el plan tributario que aunque “no es perfecto ayudará al crecimiento”.
Creación de empleo
En una reunión con una veintena de líderes del sector empresarial, el presidente Barack Obama pidió su ayuda para la creación de empleos, la cual considera clave para la recuperación económica. La idea era buscar ideas comunes para impulsar la economía estadounidense.
150 millones de estadounidenses tendrán que pagar más impuestos a partir de enero del año entrante.