Los crecientes lazos de Uruguay con Brasil y sus exportaciones más diversificadas están llevando a los inversores a apostar a que el país se encamina hacia su primera calificación de grado de inversión desde el 2002 después de haber sido durante largo tiempo vulnerable a las crisis financieras periódicas de Argentina, su vecino.
El rendimiento extra que exigen los inversores por tener bonos uruguayos antes que bonos del Tesoro estadounidense es de 288 puntos básicos, o sea 2,88 puntos porcentuales.
Es menor que el de países con grado de inversión como Rusia y Polonia, y está sobre los 273 puntos básicos que los inversores exigen por deuda peruana, otro país con grado de inversión.
Uruguay aprendió a diversificarse después de que la cesación de pagos de Argentina por 95.000 millones de dólares en el 2001 empujó a la economía a una recesión y la obligó a reestructurar deuda por 5.000 millones de dólares en el 2003.
Una empresa papelera inaugurada en el 2007 está aumentando el comercio con Europa y los mercados están abriéndose en lugares como Turquía, donde las exportaciones aumentaron 140 por ciento este año.
Los bancos del país, que durante largo tiempo fueron un refugio para los inversores extranjeros, dependen menos de los depósitos argentinos.
“Se reinventaron a sí mismos”, dijo Mauro Leos, analista del Servicio de Inversores de Moody’s en una entrevista desde Nueva York. “Se cuenta entre los países que están mejor preparados para manejar las malas noticias”.