Los mercados bursátiles mundiales vivieron en agosto uno de sus peores meses dominados por la volatilidad producto de la crisis de la deuda soberana en Europa, los temores a una recesión en Estados Unidos y la pérdida de la calificación crediticia de ese país.
El promedio industrial Dow Jones perdió 4,28 por ciento durante todo el mes, mientras que el índice Standard & Poor’s 500 tuvo una caída del 5,29 por ciento y el índice tecnológico Nasdaq Composite retrocedió un 6,02 por ciento.
Por otra parte, las acciones europeas tuvieron en agosto su mayor retroceso mensual desde que Lehman Brothers colapsó en el 2008, y la bolsa alemana sufrió su caída más abrupta en nueve años, dadas las preocupaciones por una desaceleración y la crisis de deuda europea que asustaron a los inversores.
Las profundas caídas, que borraron más de 750.000 millones de dólares en valor acciones, se produjeron con altos volúmenes de negocios.
El volumen de operaciones en agosto -que usualmente es bajo porque muchos operadores y gestores de fondos están de vacaciones- fue el mayor en casi tres años.
“El desempeño de las bolsas en agosto fue muy malo, provocado por un conjunto de elementos que se sucedieron en un plazo tan corto que el efecto sobre el mercado fue devastador”, dijo Franklin Pichard, director de Barclays France.
El índice paneuropeo FTSEurofirst 300 de las principales acciones europeas retrocedió un 11 por ciento en agosto, registrando su mayor caída mensual porcentual desde octubre del 2008 tras el colapso del banco de inversión Lehman Brothers.
América Latina se vio contagiada por los mismos miedos de los inversores, el índice Bovespa de Sao Paulo descendió un 4,44 por ciento, mientras que la de Chile se desplomó un 6,86 por ciento.
Entre tanto, uno de los pocos mercados que no presentaron pérdidas en este mes fue el de México que ganó un 1,07 por ciento.
Analistas esperan que la volatilidad continúe, aunque con cambios menos severos.