Querer cambiar de trabajo es una tarea de tiempo completo, que puede llevarse entre tres meses y un año para una posición alta.
Así lo afirma María Gabriela Castro, directora para la Región Andina Korn/Ferry International, consultores en talento.
De acuerdo con su experiencia, muchos ejecutivos, entre los 45 y 55 años de edad, comienzan a preguntarse hacia dónde debe seguir su carrera y lo que les gustaría hacer durante la segunda mitad de su vida profesional.
“En las primeras décadas se didicaron a formar su nombre, a conseguir el éxito profesional y financiero y ahora quieren algo que les retribuya más en los personal sin dejar las comodidades y el nivel alcanzado”, comenta.
Otras veces este deseo de cambio llega a la fuerza: una enfermedad que lo hizo pensar, una reestructuración en la empresa, un cambio en la vida familiar o alguna experiencia en particular, que los hace replantearse el rumbo.
Para emprender este camino, la experta recomienda varios pasos para lograr tener éxito.
El primero, y primordial, es definir lo que se quiere y para eso es bueno darle un vistazo a la hoja de vida.
“Hay que preguntarse qué me apasiona y para qué soy bueno, qué he hecho bien y qué me ha hecho feliz en los diferentes cargos y trabajos que he tenido”, comenta.
También hay que evaluar las competencias más fuertes y eso implica autoconocimiento, así como para establecer lo que podría hacer falta para lo que se quiere.
Una vez establecido esto, se debe entrar a activar las relaciones y los network (redes de trabajo). “Hay que almorzar o tomarse un café con las personas que podrían tenerlo en cuenta o recomendarlo; hay que ser discreto, al tiempo que se mandan las señales de ‘quiero moverme’”, comenta Castro.
Estas personas también pueden darle pistas de cómo está el mercado.
Así mismo, puede entrar en contacto con una empresa de cazatalentos. “Es mejor entregar la hoja de vida personalmente”, recomienda.
Si esta etapa ha funcionado y está en un proceso de selección, Castro recomienda preprarse para las respectivas entrevistas.
“Es muy poco tiempo para impactar, así que tenga claros los mensaje que quiere dejar en ese encuentro: soy bueno para..., principales competencias, logros, vida personal, etc.”, dice.
En esta etapa también es importante ser claros: qué está dispuesto a hacer y qué no, para evitar los malentendidos y las frustraciones.