Los tiempos para cancelar la cuota inicial de una vivienda nueva desde el momento de la separación hasta su entrega son cada vez mayores. Y esto, según algunos analistas, es una ventaja.
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Uno de ellos es el presidente de la entidad financiadora Credifamilia, Juan Sebastián Pardo, quien considera que así es posible manejar el presupuesto de una mejor forma. Claro, muchas personas quieren estrenar, pero ya se están acostumbrando a esos tiempos, que están –según datos del 2016 de La Galería Inmobiliaria– en 25 meses para vivienda de interés social (VIS) y hasta 45 para rangos superiores o no VIS.
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El informe de esta firma investigadora también destaca que la demanda, sobre todo de VIS, se ha movido más porque la ampliación del plazo “está atada a una estabilización de los porcentajes financiados”.
Sin embargo, más allá de los tiempos para pagar la inicial hay otros aspectos prácticos que deben tener en cuenta los compradores a la hora de asumir la obligación.
CONSENSO AL INVERTIR
El Presidente de Credifamilia considera que el esfuerzo que implica la inversión es grande y, por eso, es clave tener una charla en familia o con la pareja, según sea el caso, para cumplir el principal requisito de esta inversión: ahorrar.
Hay que recordar que lo que se debe reunir para la cuota inicial es, en promedio, el 30% del valor del inmueble, aunque hay casos en los cuales los bancos financian hasta el 80% y, por lo tanto, ese rubro baja a 20%.
Según Pardo, al dinero que se pueda destinar a una cuenta con el objetivo de reunir los recursos necesarios para cumplir la meta hay que sumarle las cesantías.
Para el directivo, “su razón de ser, en gran medida, es la compra de vivienda y con esta intención es parte importante de la cuota inicial. De ahí la importancia, en la medida de lo posible, de no gastarlas. Esto también incluye las primas, que son recursos adicionales que entran al presupuesto para tal fin”.
Otra recomendación es que para asumir el costo de ese primer pago no hay que estar ‘a ras’, pero tampoco es bueno inflar los ingresos ni sobreendeudarse. Análisis realizados por Pardo, quien a través de credifamilia.com ha fortalecido la orientación a los compradores de una forma didáctica, también ubican a las cuentas de Ahorro Voluntario Contractual o programadas como una alternativa interesante, ya que no tienen cuota de manejo y ofrecen la opción de proyectar las metas para completar la cuota inicial.
Las cuentas de Ahorro para el Fomento de la Construcción (AFC) también sirven, aunque la única restricción es que el tiempo estipulado en que debe tener el dinero es de diez años. Sin embargo, en una planeación a largo plazo sirve; de hecho, muchas familias han adquirido su patrimonio con ellas.
Una recomedación final de la Asobancaria, que tiene un sitio de finanzas para la orientación de este tipo de inversión, es que las personas no comprometan todo su dinero para la cuota inicial. Al hacerlo, posteriormente se ven en dificultades para pagar otros gastos que ocasionan la compra de vivienda, por ejemplo, la evaluación del crédito, la escrituración y el registro, entre otros.
“Estas obligaciones son adicionales y si no disponen del dinero para cubrirlas, deberán descontarlos de lo que hay disponible”, concluye la Asobancaria.
Gabriel E. Flórez G.
Economía y Negocios