El escenario inflacionario complejo que atraviesa Colombia ha obligado a los compradores de vivienda a evaluar cuál sistema de amortización se acomoda mejor a sus necesidades: “¿Unidad de Valor Real (UVR) o pesos?”.
Lo primer que se debe tener en cuenta es que cada cliente es particular y elegir uno u otro dependerá, entre otras variables, del plazo del crédito y, claro, de la capacidad de pago.
En ese entorno, la Cámara Colombiana de la Construcción (Camacol) reveló que actualmente 85 por ciento de las solicitudes se toman en pesos.
La razón: aunque se asume una cuota más alta, la ventaja, en medio de la fluctuación del IPC, es que es fija. Es decir, el cliente sabe cuánto pagará durante su vigencia.
En este punto vale destacar un dato de la Galería Inmobiliaria, en el que señala que 80 por ciento de 1.820 compradores consultados en salas de venta en diciembre pasado habían diligenciado un crédito por primera vez.
El alza en la tasa de referencia
no tiene un efecto inmediato
en las hipotecarias”, Camacol.
En consecuencia, requerían de orientación al respecto. Analistas coincidieron en que la pregunta más frecuente se centra en los préstamos en UVR, que se impactan cuando la inflación aumenta. Los antecedentes dicen que cuando esta variable estuvo en 2 por ciento, hace un par de años, los compradores con un préstamo para adquirir vivienda bajo esta modalidad se beneficiaron, precisamente, porque basa su proyección en el IPC.
Hoy, con el costo de vida que cerró el 2015 en 6,77 por ciento, la historia es a otro precio, ya que los créditos se encarecieron.
PROYECCIÓN A LA BAJA
En medio de esta incertidumbre, ayer el ministro de Hacienda, Mauricio Cárdenas, afirmó en un foro en la Universidad del Rosario que las lluvias presentadas durante las últimas semanas, y la tasa de cambio en los 3.000 pesos, permitirán bajar la inflación en el segundo semestre de este año.
“Seguramente vamos a empezar a ver disminuciones importantes en los precios de los alimentos y eso trazará la tendencia”, dijo el funcionario, quien prevé que estará entre 2 y 4 por ciento lo que, de paso, beneficiará, entre otros, al sector vivienda.
Para la presidenta de Camacol, Sandra Forero Ramírez, el control de la inflación por parte del Banco de la República, vía intervención de la tasa de referencia, es una medida sana.
Sin embargo, reconoce que las inquietudes persisten y es común que los inversionistas todavía le teman al efecto de esta en las hipotecarias, pero según la directiva, la repercusión no es inmediata.
Desde septiembre a la fecha el incremento en la tasa de referencia ha sido de 200 puntos porcentuales (pasó de 4,5 a 6,5 por ciento) y en la vivienda ha sido de 60 puntos; es decir, aún es manejable.
Incluso, el 11,78 por ciento registrado en la última semana para los préstamos destinados a la compra de casa o apartamento no dista del promedio de 11,46 del 2014 y del 11,3 por ciento del 2015, lo que significa que todavía hay campo de acción.
Otra inquietud está relacionada con los nuevos créditos. Estos, obviamente, se tramitan con la tasa vigente. Por su parte, los que se pactaron hace varios meses y se desembolsarán en 12 o 15 meses, cuando se entreguen las viviendas, se mantienen según lo acordado.
Forero también reconoce que para contrarrestar el impacto al mercado hipotecario, sobre todo a la vivienda social, está el subsidio a la tasa de interés que ha compensado a los compradores con ahorros de 20 y hasta 30 por ciento en el monto de la cuota, y no frenó la intención de invertir.
USUARIOS DE CRÉDITO, MÁS INFORMADOS
Juan Sebastián Pardo, presidente de la entidad financiadora de vivienda Credifamilia, explicó que el subsidio a la tasa de interés ha sido determinante para contrarrestar el aumento en las tasas hipotecarias. Incluso, anotó que parte del éxito en las decisiones de los compradores radica en que están más informados y saben qué quieren. De hecho, destacó que ahora “se toman más tiempo para elegir, sobre todo cuando se trata de vivienda social; esto incluye un conocimiento de los sistemas de amortización, entre otras variables”. Finalmente, el directivo coincide en que en el caso específico de los préstamos en UVR y pesos, hay que evaluar las necesidades de cada familia y las posibilidades que tienen para asumir menos plazo, una cuota alta, etc.
Gabriel E. Flórez G.
Economía y Negocios