Cementos Argos, la mayor fabricante de este insumo para la construcción en el país, informó el lunes pasado que sus ingresos llegaron en el 2017 a $8,5 billones y que en el 2018 continuará con el programa BEST que le ha permitido ahorros y optimizaciones superiores a $140.000 millones.
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Ahora, en entrevista con Portafolio, su presidente, Juan Esteban Calle, anuncia que terminará de salir de la infraestructura energética que posee en Colombia y que concentrará su inversión en el territorio nacional, no en el extranjero, como ocurrió el año pasado.
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¿Por qué la desinversión que están haciendo?
Desde que adquirimos la planta de cementos de Martinsburg, en Estados Unidos, nos comprometimos internamente con una desinversión de 500 millones de dólares para financiar de una manera responsable ese crecimiento. Lo que dijimos fue: “vamos a salir de activos no operativos y no estratégicos”.
¿Cómo ‘pinta’ la expansión en EE. UU. este año?
El país sigue bien, todos los indicadores son positivos en cuanto a vivienda y la infraestructura empieza a avanzar a nivel estatal, aunque todavía no en el programa del presidente Trump, que seguramente en algún momento arranca. El clima de inversión es muy estable.
¿Qué hay previsto allá?
Este año lo hemos definido como de mucha consolidación. Nosotros vamos a continuar realizando desinversiones; pero continuaremos buscando oportunidades.
¿En qué concentrarán las desinvesiones?
Es todo lo que sea ‘no estratégico’ o ‘no core’: temas de propiedad raíz y plantas de autogeneración de energía en Colombia.
¿Las generadoras no son estratégica en su negocio?
Nosotros somos muy buenos operadores de plantas de cemento, concreto y agregados, pero hay mejores que nosotros en generación de energía.
¿Qué activos tienen en ese campo de producción?
Poseemos 120 megavatios en Colombia, con seis plantas principales, con las cuales se alimentan 6 fábricas de cemento.
¿De eso cuánto usan?
Los 120 megavatios y tenemos que comprar más, pero lo que es estratégico es tener un suministro estable, seguro, confiable y de buena calidad, y eso lo vamos a seguir manteniendo.
¿Esa venta a qué plazo la prevén?
El primer bloque, de 30 Mw viene en un proceso desde el año pasado y esperamos terminarlo en el primer trimestre del 2018. Pasó una primera fase, o sea que de un universo de múltiples interesados ya hay uno de pocos.
¿Es este un buen momento para vender, con la oferta de energía que generará la hidroeléctrica Ituango?
Hemos visto buen interés, porque tienen un comprador de energía muy bueno, que somos nosotros, y un consumo fijo.
¿Cuánto obtendrían por ese negocio?
De montos no puedo hablar porque es confidencial, pero es una cantidad relevante dentro del plan de desinversión de 500 millones de dólares.
¿Qué más venderán?
El año pasado vendimos la bloquera y una mina de arena en Dallas (EE. UU.) así como unos edificios en ese mismo país. Además, tenemos inmuebles, lotes y todo lo que sea ‘no estratégico’. Después de estos primeros 30 megavatios vendrán otros 90, y la idea es concentrarnos simplemente en lo que es concreto, cemento y agregados.
¿En inversión es qué planean?
El 2018 es de consolidación de lo que ya adquirimos. Vamos a entrar en un proyecto a finales de año, de arcillas calcinadas en Río Claro (Antioquia), utilizando materiales alternativos para fabricar cemento.
¿Cuánto invertirán?
La inversión en el país pueden ser tranquilamente de 80 a 90 millones de dólares. El año pasado en total fue de unos 300 millones de dólares en todas las geografías, y en Colombia la cifra fue similar a lo de este año.
¿Y a nivel externo?
En el 2018 mantendremos la inversión en Colombia, pero bajaremos la externa, porque hemos venido modernizando plantas por fuera y por lo pronto no hay necesidad de más.
¿Hay más mercados en la mira de la cementera?
Nosotros somos una empresa de cementos regional, que ha definido su área de interés en las Américas.
¿Cómo ven a Colombia?
Colombia tiene todo el futuro y creemos mucho en ella, por eso seguimos invirtiendo de forma sustancial acá.
¿En qué basan ese optimismo?
Hay varias cosas positivas. La primera es que las tasas de interés están bajas porque la inflación bajó y eso ayuda a reactivar el consumo. Creemos que va a ser un buen año para la vivienda de interés social y se ve en las cifras de iniciación de proyectos. Y la infraestructura, independiente de los retrasos en las obras de cuarta generación (4G) también avanza bastante bien.
¿Las venta de cemento por bultos va de salida?
No, el 50% de lo que se vende en Colombia es al detal y buena parte de la autoconstrucción, que es lo que más se ve en los pueblos, se hace con cemento en bultos.
Es absolutamente un negocio relevante. Incluso, tenemos presentaciones más pequeñas al empaque de 50 kilos. Están los paquetes de 25 kilos, porque muchas veces la gente necesita siete bultos y medio. Hay también de 5 kilos y de 1 kilo para remiendos.
Todo esto es pensando justamente en la vida vibrante que existe en los depósitos y ferreterías.
¿Cómo surten ese mercado?
Nosotros llegamos a 6.500 ferreterías de las 8.500 que hay en el país. Estamos en 450 municipios de Colombia y nuestra estrategia siempre ha sido afianzar las identidades en cada negocio.
@nesperiodista