La recompra del 32 % de las acciones de TGI por parte de la EEB, en un negocio realizado en el 2014 generó un ruido particular, luego de que la Contraloría de Bogotá decidiera investigar un presunto detrimento patrimonial en la operación. Este negocio tiene una ventaja para su análisis y es que ya han transcurrido dos años desde su ejecución por lo cual es fácil determinar si las proyecciones con base en las que se fijó el precio generaron o no un detrimento patrimonial, entendido este, en términos técnicos y no políticos, como un retorno sobre el capital invertido inferior al retorno promedio de las inversiones de la EEB (Lea también: ¿Dónde está el detrimento?).
“Las proyecciones de las firmas asesoras del negocio señalaban que la transacción le generaba a la Empresa de Energía de Bogotá un incremento del patrimonio de US$131 millones y una rentabilidad del 28,8 % anual en dólares, con base en el precio ofertado por la EEB, basado en el rango establecido por el asesor. Los resultados operacionales reales han sido superiores a las proyecciones del asesor. Se ha establecido que el mayor valor generado para la EEB, comparando la situación con y sin transacción, descontando los flujos al 11,2% en dólares, es un incremento del orden de US$ 300 millones en el patrimonio de TGI. Este es un ejercicio simple, pues lo que se requiere son los resultados reales (no proyectados) del Ebitda, corrigiendo los supuestos del asesor con lo ocurrido en la realidad. Con base en estos parametros, el retorno de la transacción sería del orden del 30% anual, lo cual difícilmente puede denominarse detrimento patrimonial. Estos supuestos pueden castigarse muy duro antes de que el retorno caiga por debajo del retorno promedio de las inversiones de la EEB”, explica un analista que prefirió no ser citado (Vea además: Así es la propuesta para vender el 20% de la EEB a los ciudadanos).
Portafolio consultó además expertos en transacciones de empresas quienes indicaron que no es algo tan simple como mirar las cifras de la operación en el 2011 y las del 2014. De hecho uno indicó: “a primera vista suena elevado el monto pues en el 2011 vendió ese porcentaje en US$400 millones y lo recompró en 2014 en US$880 millones. Sin embargo, cuando se revisa la maquinita de hacer dinero en la que se convirtió TGI, las cifra ya no es para nada elevada, pues pasó de ser una compañía en el 2011 con un Ebitda de US$ 222 millones y US$34 millones en caja, a una compañía con un Ebitda de US$361 millones y US$364 millones en caja. El solo Ebitda se incrementó en un 66% en un periodo donde las tasas de descuento cayeron sustancialmente por la expansión monetaria de la Reserva Federal, lo cual afecta significativamente la valoración al alza.
“Cuando se comienzan a revisar uno a uno los indicadores del negocio de la transportadora de gas y luego se examinan sus resultados financieros, la conclusión es que se trata de una operación que se ha ido fortaleciendo de forma permanente y que recomprar esas acciones sería una apuesta elevada por la fortaleza que en ese momento ya tenía esa empresa”, afirmó un analista del mercado.
EN OTRO ESCENARIO
Los comentarios cuando la EEB compró TGI a Ecopetrol, cuyo múltiplo fue 11,14, superior a la transacción de Cvci, llovieron las críticas por haber sobrepagado. Cuando el retorno a patrimonio hasta la transacción del 2011 había alcanzado el 22,7%, las críticas se acallaron. Si la compañía se liquidara a los múltiplos de mercado actual, incluyendo el capital empleado para la recompra, el retorno anual sería del 24,9% desde la compra inicial.
En el momento de la operación en el año 2014 la dueña de las acciones el fondo Citi Venture Capital International (Cvci), no había repartido dividendos, por lo que los US$93 millones de excedente de caja que correspondían a Cvci pasaron a ser propiedad de la EEB.
Así las cosas los análisis que se hacen de esa operación deben considerar las condiciones del mercado de los dos momentos, el valor de la compañía en los dos momentos y si este negocio le creó o no valor a la Empresa de Energía de Bogotá, dueña del 100% de la Transportadora de Gas del Interior (TGI).
LA HISTORIA
En el año 2006 la EEB compró Ecogás a Ecopetrol por US$1.460 millones. La firma cambia de nombre a TGI y dado su alto nivel de endeudamiento desde la compra se hizo el compromiso de capitalizarla para efectos de reducir la deuda.
Con el valor de la compañía (US$1.460 millones) el patrimonio propiedad de la EEB era de US$340 millones.
La EEB inicia el proceso para conseguir los recursos y en 2011 la mejor oferta la hace el fondo Citi Venture Capital International (Cvci) vinculado al Citibank. La operación se realiza y el patrimonio se incrementa en US$400 millones. Y la Cvci recibe el 31,92% de las acciones de TGI.
En el 2013 la Cvci anuncia la venta de su participación en TGI. La EEB tenía el derecho a realizar la primera oferta.
La EEB firma un contrato de asesoría con la firma Sumatoria cuyo objeto era la valoración de TGI, el acompañamiento en el proceso de adquisición por parte de la EEB de las acciones de Cvci en TGI y la consecución de deuda para el cierre financiero de la transacción. El 3 de abril del 2014 la oferta de EEB por 880 millones de dólares es aceptada por Cvci.
Negocios
11 oct 2016 - 9:21 p. m.
La EEB habría acertado con la recompra de acciones de TGI
La ganancia en patrimonio supera los 173 millones de dólares y la tasa de retorno es mayor a 35 %. Valor de la compañía es más del doble que en 2011.
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