Las empresas de energía, además de producir la electricidad que necesita Colombia, también desarrollan planes orientados a preservar y proteger la biodiversidad en las áreas donde tienen influencia. Gracias a estas iniciativas, varias especies de plantas y de animales que están en peligro de extinción se vienen resguardando.
Lucio Rubio Díaz, director general en Colombia de Codensa y Emgesa, en el Informe de Sostenibilidad 2013, indica que Codensa invirtió más de 5 mil millones de pesos y Emgesa más de 65 mil millones de pesos para mitigar, prevenir y compensar los impactos ambientales de sus operaciones. Y frente a la búsqueda de atenuación de las consecuencias por la construcción de la subestación Quinta Pérez, en Guatavita (Cundinamarca), Codensa ha sembrado 1.500 árboles en esa área.
Otro esfuerzo es el que adelanta Emgesa, en la Central Hidroeléctrica Guavio, con la protección de la ronda del embalse, mediante la reforestación de 18 hectáreas y ya se han plantado 16.320 árboles.
Igualmente, como parte del proyecto Hidroeléctrico El Quimbo, liberó 355 animales: 29 aves, 92 mamíferos y 234 reptiles; y dispone de un plan de restauración de 11.079 hectáreas de bosque seco tropical en donde se construye esta central.
Especies representativas
Así mismo, la Empresa de Energía de Bogotá (EEB) apoya la conservación del oso andino o de anteojos y de la danta de páramo, en Huila, Cauca, Putumayo y Nariño, en coordinación con las Corporaciones Autónomas Regionales de estos sitios.
El programa se inició en el 2010, cuando se hizo la formulación del mismo y entre los objetivos que se buscan está saber cuántos animales de esta clase habitan en la zona.
“Se están invirtiendo 200 millones de pesos anuales, desde el 2010, y esto incluye la conservación del hábitat mediante la reforestación con especies que benefician a estos animales, como la palma de cera y el roble. En total se han sembrado 33.695 plantas de diversas clases”, dicen en la EEB.
Por su parte, la Empresa de Energía del Pacífico (Epsa) realiza, en Roncesvalles (Tolima), reforestación e investigación sobre la palma de cera, y con 700 millones de pesos ha sembrado 7.500 palmas.
Esto se lleva a cabo en el área de influencia de la central hidroeléctrica Cucuana, que está en construcción, con la Universidad del Tolima (UT) y la Fundación Proaves. La investigación forestal, que permitirá determinar las causas de la disminución de este árbol, se conocerán en el 2017.
“Al amparar la palma se protege al loro orejiamarillo, porque en ella habita y anida. Así, esta especie que hace 15 años estaba catalogada en ‘peligro crítico’ por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (Uicn), pues habían 80 individuos, ahora está ‘en peligro’, al haber aumentado a más de 3.000”, dice Mónica Parada, asistente de la Dirección Ejecutiva de Proaves y Directora (e) del proyecto de Epsa.
Además, Epsa, en el área de influencia de la central hidroeléctrica Cucuana, está reforestando cerca de 122 hectáreas con cerca de 85 mil árboles nativos que van a mejorar el ecosistema.
MÁS INICIATIVAS POR EL FUTURO DEL PLANETA
La preocupación por cuidar el medio ambiente ha llevado a Electricaribe a atender los impactos de sus operaciones y ha invertido 1.192 millones de pesos en la construcción de la infraestructura necesaria para el manejo y control de residuos operativos, por lo que, según José García Sanleandro, gerente general de esta empresa, ha sembrado 23.529 árboles, apoya la preservación del bosque seco tropical y la investigación para mitigar el impacto.
Así mismo, la Empresa de Energía del Quindío realiza algunas intervenciones forestales en las zonas de influencia de las redes de energía para garantizar su correcto funcionamiento y evitar accidentes eléctricos. Ha sembrado, desde el 2009, cerca de 9.500 árboles en el Quindío, el 70% en la quebrada La Carelia, afluente del río Quindío, en la zona de Cocora, municipio de Salento, dice el informe de sostenibilidad del 2013.
Por su parte, Endesa, en la Central Betania, tiene un plan de repoblamiento piscícola del embalse con 360.000 alevinos de especies nativas del río Magdalena (bocachicos y doradas).
José M. Higuera
Redactor CEET