En la actualidad en el país tributan cerca de 229.000 empresas medianas y pequeñas que a pesar del alto número solo significan un 5% del total del recaudo. Por eso, el Gobierno buscará que unas 400.000 más entren a la formalidad, con lo cual pasarían de 600.000 las que paguen impuestos dentro de este rango que equivale al 45% de los contribuyentes actuales de Colombia. Hoy se estima que solo una de cada tres compañías dentro de este rango tributa.
(Lea: Este nuevo impuesto reemplazaría el monotributo)
La estrategia para ello será una mutación del que hasta ahora se ha llamado monotributo y que ha tenido un fracaso rotundo, pues solo lo utilizaron once tiendas en todo el país durante su vigencia. Con el llamado Régimen Simple, por el cual será reemplazado, según reveló ayer en la clausura del Congreso de Confecámaras, en Cartagena, el director de la Dian, José Andrés Romero, la diferencia es que ya su entidad cuenta con la información suficiente para cazar a los evasores y eso augura una mayor efectividad.
(Lea: 'Es necesario pensar en un país con el doble de ingresos per cápita')
Pero lo otro es que habrá más incentivos para que la gente use el nuevo modelo, que estará dirigido a empresas con facturaciones de hasta $2.500 millones y será voluntario y frente a un tope de poco más de $100 millones que tiene el monotributo. “Vamos a volver este impuesto más accesible a los pequeños empresarios, que creemos son la base de la Economía Naranja, que están incentivando el presidente Iván Duque y la vicepresidenta Marta Lucía Ramírez desde su campaña, y la forma es incrementar el umbral”, anotó Romero, quien indicó que esto haría parte de la “reforma tributaria”.
Al llamarle la atención acerca de que un día antes el presidente Iván Duque habló no de una reforma tributaria sino de una ley de financiamiento, este explicó: “En efecto, lo que vamos a presentar es una ley de financiamiento, que es muchísimo más amplia, porque el objetivo de este gobierno no es ponerles cargas a los colombianos sino, precisamente, liberarlos de ellas para que se dinamice la economía, para que la gente consuma más, desarrolle empresas, para que sea optimista sobre el país y traiga sus recursos”.
La idea con el impuesto simplificado es que la carga varíe de acuerdo con la rentabilidad promedio de cada sector. “Por ejemplo el sector de comercial debería estar entre 3% y 8%, el de servicios entre 4,5% y 10%, el de hoteles y restaurantes entre el 10% y 15% (porque incluiría el impuesto al consumo), pero garantizaríamos una suma por lo menos igual”, dijo Romero.