Sin confeccionar más prendas que en el 2014, C.I. Jeans, la firma colombiana que maquila prendas para marcas prestigiosas como Levi’s, Polo, Michael Kors, Adam Levine, Rifle y Falabella, facturará cerca del 30 % más este año debido a que más del 90% de su producción tiene como destino la exportación.
Pero, cauta, aún con la gran oportunidad que trae un dólar caro la compañía con sede en La Estrella (sur del Valle de Aburrá) no tiene planes de crecer en su infraestructura de producción. Roberto Botero Restrepo, miembro del equipo directivo del grupo empresarial y gerente de su lavandería, explica por qué.
¿Cómo está viviendo este momento del dólar caro?
La verdad, tenemos un precio muy competitivo hoy día. Digamos que el dólar ha recuperado el valor que había perdido los años pasados. Para nadie es un secreto que un dólar a más de 3.000 pesos pone a las empresas exportadoras en una posición competitiva muy interesante.
¿Qué porcentaje de su producción exportan?
El 99 por ciento se exporta a Estados Unidos.
¿Y qué tanto de su materia prima importan?
La relación es 70 % de producto nacional y 30% de importados. Nosotros, por efectos de los TLC llegamos a EE. UU. si y solo si usamos telas colombianas y americanas.
¿Han disminuido precios para competir?
Como estrategia de más largo plazo, tuvimos que sentarnos con nuestros clientes a redefinir precios, porque ellos tampoco son ajenos a lo que pasa en estos países. Conocen el nivel de devaluación y como tal quieren tener un producto más competitivo.
¿Qué tanto ha bajado precios?
En el último año ha sido entre el 25 y 30 %.
Así las cosas, ¿cómo ven el 2015?
Esa es la pregunta del millón: saber cómo va a terminar el dólar. Nunca pensamos que nos fuera a tocar un dólar a 3.000 pesos.
Y están felices.
Estamos tranquilos. Este tipo de coyunturas hay que leerlas bien y tener la suficiente cabeza fría para prepararnos tecnológicamente para épocas como la que tuvimos.
¿Cómo terminará la facturación?
Va a ser la facturación más grande que esta compañía ha tenido en su historia. El dólar va a ayudar. Estaremos facturando alrededor de 90 millones de dólares, que serían unos 250 mil millones de pesos. En número de unidades vamos a estar muy parecidos al 2014, por varias razones: esta compañía hace 23.000 unidades al día y no es fácil tener crecimientos, por las limitaciones de espacio y de procesos. La lavandería es un cuello de botella en los crecimientos porque todo el valor agregado del pantalón está allí. Eso se ataca con tecnología, la cual hay que adquirir con tiempo y estamos haciendo una inversión grande; sin embargo, nuestro interés no es crecer en número de unidades.
¿De cuánto será el crecimiento en dinero?
Lo que marca la devaluación, que este año va por el 30 %.
¿Habían hecho coberturas?
Los exportadores que hemos hecho juiciosos la tarea teníamos coberturas a futuro, donde los valores promedio de los cubrimientos estaban por los 2.400 pesos. Habíamos cubierto cerca del 30% de nuestra operación, que es el agregado nacional que tenemos en mano de obra y esas cosas, y la verdad el banco se lleva parte de la tajada sobre el excedente.
¿Hay planes de expansión a futuro o ven que la bonanza va a ser corta?
Tenemos muy claro que queremos quedarnos en alrededor de las 23.000 a 24.000 unidades. Acuérdese de que dependemos del mercado de EE. UU. y cuando la producción baja allá… Nosotros manejábamos 40 mil unidades al año acá, hacia el 2005 y 2006.
¿Qué efectos hubo? ¿Estaba sobredimensionada su capacidad?
Fue muy difícil, porque nos tocó salir como de 1.500 personas. En el 2004 a 2005 esta industria movía alrededor de 17.000 empleos directos, pero ese tipo de situaciones y la devaluación de la época llevaron a que las otras empresas desaparecieran.
¿Qué proyectos futuros hay?
Hace tiempo definimos unas propuestas de valor orientadas básicamente al cumplimiento de la calidad con nuestros clientes, en innovación y desarrollo y en sostenibilidad. Alrededor de eso hay mucho trabajo qué hacer.
¿Qué inversiones vendrán?
En lavanderías, estamos enfocados en tecnificar toda la parte de sustitución de uso de productos químicos como cloro a través de oxidantes limpios como el ozono, y en el uso de los láser, que también se consideran producción limpia.
¿Cómo ha evolucionado su ebitda?
Ahora no está por encima del 4 al 5 %. La industria es sostenible con ese margen por los altos volúmenes que se manejan, pero tiene que haber una combinación de muchos factores: el dólar, el manejo de la inflación, productividad…
Hace diez años había cuatro compañías igual de grandes a esta y hoy no existimos sino nosotros, que hemos venido manejando la coyuntura. Si bien cuando el dólar estaba a 1.600 o 1.800 millones de pesos apenas alcanzábamos a sostenernos, trabajábamos para estar ahí esperando mejores tiempos, y afortunadamente llegaron.
¿Podría uno decir que el dólar caro los salvó?
No, es la suma de muchas cosas. Nos tocó ajustar todos nuestros procesos, los costos, reinventar un poco en todas partes para tener una empresa medianamente sostenible esperando tiempos como este.
BUSCAN FORTALECER SU MARCA PROPIA
En el mercado nacional, Ci Jeans atiende las marcas Rifle y Falabella. Pero además cuenta con la marca propia Moft que llega al público interno a través de seis almacenes en Medellín y que, según Roberto Botero, buscan fortalecer.
La meta es que el portafolio local del grupo empresarial llegue al 10 % y que las exportaciones continúen por el 90 %. “Llevamos cuatro años con el negocio y ahí vamos”, dice el directivo.