La compañía Cinemark tiene planes de inversión por 68 millones de dólares de aquí al 2016.
Ese monto incluye 12 millones de dólares para este año, de los cuales ya ejecutó la apertura de cuatro pantallas en Yopal e igual número en Palmira. Otras cuatro estarán desde octubre en Ipiales.
Para el 2015, la firma abrirá seis pantallas en Cali y ampliará dos en Santa Marta, con una inversión cercana a los 8 millones de dólares.
Y para el 2016 tiene previsto entrar a Cali con dos proyectos más, e inaugurar salas en Villavicencio, Barranquilla, Bogotá y Neiva, lo que le implicará 48 millones de dólares.
Actualmente tiene 27 complejos con 141 pantallas, en una expansión que ha ido de la mano del crecimiento de los centros comerciales en el país y una fuerte presencia en ciudades intermedias.
Por ejemplo, la marca está en Ibagué, Tunja, Manizales, Bucaramanga, Cúcuta, Florencia, Yopal, Palmira, Bucaramanga, Cúcuta, Valledupar, Santa Marta y Montería.
“Se trata de poblaciones que estaban desatendidas, a las que se les mejora la calidad de vida y el entretenimiento”, dice el gerente general de Cinemark, Pablo Umaña.
Pese a la expansión que ha ganado, el directivo considera significativo llevar sus pantallas a la capital del Valle.
“Cuando Cine Colombia era del Grupo Mayagüez no nos dejaba entrar a su territorio”, señala.
Así, estará en cuatro proyectos de complejos de comercio: World Trade Center, en Guayacán de Pedro Gómez, en otro que se proyecta en el Distrito de Aguablanca y en el de Plaza de Toros con Mall Plaza.
EL MERCADO
Cinemark se mueve en un mercado competido que el año pasado representó ingresos por 352.000 millones de pesos y movió a 43,2 millones de espectadores que acudieron a 791 pantallas a ver sus películas favoritas.
Quince años después de estar en Colombia, la compañía cuenta con el 20 por ciento del mercado, con 65.355 millones de pesos en taquilla y una infraestructura de 133 pantallas. Sus espectadores llegan a 7,5 millones, según las últimas cifras consolidadas de la industria.
Es el segundo, porque el líder es Cine Colombia, con una taquilla que representó 165.796 millones de pesos al cierre del 2013. Completó 248 pantallas y poco más de 19 millones de espectadores.
Después de Cinemark, siguen cadenas más pequeñas, como Procinal, Royal Films y Cinépolis.
CAPACIDAD DEL NEGOCIO
Pablo Umaña explica que uno de los indicadores que muestra qué tanta penetración tiene el cine en un país es el número de habitantes por pantalla y el número de visitas de acuerdo con la población. Hace unos años había unas 500 pantallas que se han cerrado a cambio de salas modernas. Antes, el índice era de 90.000 personas por pantalla. Hoy, operan 820 pantallas, lo que indica unos 60.000 habitantes por cada una.
El mundo cuenta con unos 32.000 habitantes por pantalla. Estados Unidos tiene unos 8.000 habitantes por pantalla y México está en 28.000.
“Yo considero que Colombia debería estar por lo menos en 30.000 habitantes por pantalla, lo que indica que las oportunidades de crecimiento son del doble. Deberíamos tener no 820 pantallas, sino 1.600. A eso debería tender el mercado”, precisa el ejecutivo.
El otro indicador es el número de visitas que hace la población en total.
En Estados Unidos realizan unas 5 a 6 visitas por año. Colombia hace cerca de 0,82 visitas y debería estar por lo menos en 1,5 porque “el colombiano es buen cineasta y le gusta”.
“Por ejemplo, el año pasado Florencia tenía solamente una sala y hoy posee un multiplex de cuatro pantallas y es un éxito”, señala Umaña.
MODELO ESTÁNDAR
Cinemark es amigo de los estratos bajos porque son los que menos acceso a entretenimiento tienen, y menos distractores.
Al no poseer finca ni club privado, las actividades se desplazan a los centros comerciales y, dentro de ellos, al cine.
“Este tipo de población siempre busca diversión que se ajuste a su bolsillo”, sostiene Umaña.
Añade que este segmento es agradecido y Cinemark se preocupa por entregarle el mismo producto, sin importar el estrato.
“Es la misma silla en Palermo (Buenos Aires) que en Florencia (Caquetá). La estandarización nos sirve para manejar economías de escala. Los precios se ajustan al tipo de consumidor, y donde es más barato se persigue ganar vía volumen de espectadores”, explica.
Constanza Gómez G.
Economía y Negocios