La corrupción es el problema que crece con mayor rapidez en las empresas latinoamericanas.
Siete de cada diez confesaron que se sienten vulnerables a este delito, mientras una de cada 4 dijo haber sido afectada en los últimos 12 meses, señala un informe contratado por la consultora en temas legales Kroll a la unidad de Inteligencia de The Economist.
El delito subió 10 puntos porcentuales, al pasar de afectar al 13 por ciento de las compañías en el 2010 a 23 por ciento este año.
Lo mismo sucedió con la vulnerabilidad a la corrupción, que este año creció 40 puntos porcentuales.
Pasó de amenazar 20 por ciento de las empresas el año pasado al 70 por ciento en 2011, dice el estudio basado en una encuesta a 1.200 altos ejecutivos de todo el mundo sobre fraude y sus efectos en los negocios durante este año.
Pese a esto, el reporte dice que "la prevalencia de fraude en la región se redujo al 74 por ciento, comparado con el 90 por ciento del año pasado".
En cuanto al robo de activos físicos, el número de empresas que se consideran vulnerables aumentó del 29 por ciento al 58 por ciento, y el de aquellas sensibles al manejo de conflicto de intereses creció del 26 por ciento al 53 por ciento. Las áreas más comprometidas siguen siendo compras, marketing y ventas, principalmente en empresas multinacionales.
El estudio de este año muestra que el 60 por ciento de los fraudes en el mundo fueron cometidos por alguien que trabajaba para la empresa de cualquier manera.
Entre las compañías que fueron impactadas por este delito, los empleados junior fueron los más probables autores (28 por ciento), seguidos por la gerencia senior (21 por ciento) y agentes intermediarios de la empresa (11 por ciento).
La encuesta de Kroll también descubrió que, en promedio, el fraude les costó a las compañías un 2,1 por ciento de los ingresos en los últimos 12 meses, lo que equivale a una semana de ingresos a lo largo de un año.
Comparadas con el resto
Sufren más robo de activos pero menor lavado
Las empresas de América Latina, según la encuesta, son las segundas del mundo más afectadas por el robo de activos y las terceras con mayores niveles de soborno. Sin embargo, sufren menos que el resto por el robo de información, mal manejo financiero o lavado de dinero.
REDACCIÓN ECONOMÍA Y NEGOCIOS