En el mundo desarrollado, las tasas de interés cercanas al cero ponen limitaciones a la efectividad de la política monetaria del Banco Central. Sin embargo, hay que tener en cuenta que su impacto no es sectorial y por eso es necesario utilizar otro tipo de instrumentos más focalizados por actividad como impuestos, subsidios y medidas particulares.
Así lo considera Jacob Frenkel, presidente de la división internacional JPMorgan Chase International, quien señala además que la flexibilización cuantitativa que adoptó la Reserva Federal de Estados Unidos como estrategia de estímulo para la economía dio muestras de ser una política que con el tiempo pierde efectividad.
¿Qué condiciones previas ayudarían a implementar exitosamente una política de inflación objetivo?
La estrategia de ‘inflación objetivo’ es una parte integral de todo el sistema macroeconómico. La efectividad de la política monetaria en este escenario aumentará si está acompañada de las siguientes condiciones: un sistema fiscal sólido, un régimen de tasa de cambio flexible, un mercado cambiario en funcionamiento, disponibilidad de instrumentos de política monetaria, independencia del Banco Central, un sistema bancario fuerte, un mercado de capitales operando y un sistema económico flexible en los mercados de bienes, servicios y trabajo.
¿Qué tan rápido debería reducirse la inflación?
Como regla, los países que han implementado la inflación objetivo no se arrepienten. Normalmente, los procesos de desinflación duran varios años. Sin embargo, para ganar credibilidad, la población debe ver algunos resultados positivos más pronto que tarde. En retrospectiva, aquellos países que han tenido éxito se arrepienten de no haberlo hecho antes.
¿Cómo los creadores de políticas deberían corregir las desviaciones de la meta de inflación?
Es importante distinguir entre dos grupos de países: los que tienen inflación alta y quieren reducirla y los que ya han alcanzado la estabilidad de precios y la quieren mantener. Para los primeros, la respuesta a las desviaciones positivas y negativas no deberían ser simétricas: la inflación que cae por debajo del objetivo se mueve hacia la estabilidad de precios, mientras que cuando queda por encima de la meta, se aleja de dicha estabilidad. De ahí que durante la fase de desinflación, las desviaciones negativas son más toleradas que las positivas. Para el segundo grupo, ambas desviaciones pueden ser tratadas simétricamente.
¿Qué caracteriza la inflación objetivo?
Le da una brújula a la política monetaria. Facilita un mecanismo eficiente para un diálogo transparente entre los creadores de política y los mercados. Eso aumenta la transparencia, claridad, consistencia, predecibilidad y credibilidad.
Las tasas de interés en los países desarrollados están muy cerca a cero, ¿eso impacta la efectividad de la política monetaria? ¿Pueden las políticas macroprudenciales compensar las limitaciones en el uso de la tasa de interés en esa situación?
El principal instrumento de la política monetaria es la tasa de interés y la barrera del cero pone una limitación en su efectividad. La política monetaria es un instrumento de política macroeconómica y no está diseñado para ser un instrumento sectorial. Los objetivos de política sectorial deben ser alcanzados con instrumentos como impuestos, subsidios y medidas prudentes. La incidencia de las políticas macroprudenciales es diferencial y sectorial, más que uniforme y colectiva. Estas pueden ser útiles, pero no deben ser vistas como un sustituto eficiente de la política monetaria convencional.
Varios bancos centrales están adoptando políticas monetarias no convencionales como la flexibilización cuantitativa, ¿es esta la nueva normalidad?
Las políticas monetarias no convencionales no son sostenibles en el largo plazo. Es más, como lo ha demostrado la experiencia en EE. UU, después de un tiempo pierden efectividad. De ahí que los creadores de política deban enfatizar que las medidas no convencionales representan un desvío temporal en vez de un nuevo paradigma.
También, los mercados financieros han exhibido bajo grado de volatilidad que ha desafiado a los administradores de portafolio.
El reducido grado de volatilidad refleja las intervenciones masivas de las autoridades monetarias que han empleado políticas no convencionales (tanto en términos de ‘boca abierta’ como de ‘mercado abierto’) para demostrar su compromiso de mantener bajas tasas de interés durante el corto y mediano plazo.
En la medida en que las políticas no convencionales no son sostenibles para el largo plazo, van a finalizar y como resultado del excepcionalmente bajo grado de orientación necesitan ser manejadas con gran cuidado.
De todas formas, la inflación objetivo es el mecanismo más claro de proyecciones: da información sobre el camino a seguir de las políticas ‘State of Dependence’, que son explícitas y están ancladas en el objetivo de largo plazo que es la estabilidad de los precios.
EL RIESGO DE LOS ESTUDIOS PROPIOS
Para Frenkel, los diagnósticos económicos hechos por los mismos bancos puede ser un buen mecanismo de comunicación con los mercados, pero hay que saber que algunas veces se equivocan y por eso toca manejar los resultados con cuidado.
“Los ejemplos incluyen pronósticos que dependen del calendario, o una dependencia de elementos que no miden lo que intentan medir, como la tasa de desempleo”, dice.