El primero, que contó con una inversión de más de 6.000 millones de pesos y abrió las puertas hace dos meses en la Avenida Jiménez con carrera 4a., se presentó oficialmente ayer, mientras que la segunda, que integra diferentes usos, inició obra.
“Augusta está ubicado en el emblemático Hotel Nueva Granada, que nació en los años cincuenta, pero que lleva más de una década sin ser intervenido”, dijo el español Venerando Lámelas, presidente de BD Promotores, firma que impulsó la construcción.
Allí se ofrecen 101 habitaciones renovadas y espacios para el esparcimiento, con un valor agregado que va más allá de lo arquitectónico: los empleados son los mismos que estaban en el Hotel Bacatá de la avenida 19 con carrera 4a., actualmente en demolición, y donde se levantará el edificio de múltiples usos más alto del país.
Por su parte, representantes de CMS+GMP Asociados, firma que promueve la Torre Bicentenario, muy cerca de Augusta, anunciaron que ya vendieron 87 por ciento de los locales comerciales, 84 por ciento de los apartamentos y 78 por ciento de las suites hoteleras; en total, se invertirán más de 30 mil millones de pesos.
Voceros de la obra –que se entregará entre diciembre del 2012 y enero del 2013– recordaron que el hotel BH Bicentenario operado por Germán Morales e Hijos, a través de la marca BH Hoteles, tendrá 64 habitaciones. Además, el edificio contará con 17 pisos, 10 de ellos de vivienda, más comercio. Y vale recordar que en la zona están las viviendas construidas en el antiguo Hotel Continental.
DIVERSIFICACIÓN DE LA INVERSIÓN
El perfil de la gente que le está apostando a este tipo de proyectos en el centro de Bogotá incluye empresarios vinculados al sector financiero, abogados, colombianos residentes en el exterior y la comunidad académica, que tiene al sector como punto de operaciones, con los valores agregados de los centros culturales, entre otros. En el caso de Torre Bicentenario. Las ‘suites’ hoteleras se venden como propiedad inmobiliaria y no como títulos o derechos en un hotel. Es decir, el comprador de una ‘suite’ es dueño del inmueble y tiene la escritura pública, con la salvedad de que no la habitará sino que la entregará en administración al operador.
Gabriel E. Flórez G. / Economia Y Negocios