Según se supo, la petrolera solo estaba realizando la negociación en forma directa con Petrobras y no había más participantes en un posible consorcio, lo que impidió llegar a un acuerdo, pues las inversiones que hubiera tenido que hacer se salían de sus posibilidades.
El bono de entrada al proceso era cercano a los 700 millones de dólares, más una inversión en un programa exploratorio de por lo menos 650 millones de dólares en la primera fase, lo que le representaba 1.350 millones de dólares, suma equivalente al 14 por ciento de su presupuesto de este año.
Según Ómar Escorcia, de Asesores en Valores, todo lo que ha hecho Ecopetrol en el mar ha sido para ganar experiencia en este frente con pequeñas participaciones, y la apuesta en Brasil hubiera significado compromisos demasiado arriesgados (su presupuesto a 10 años es del orden de 80.000 millones de dólares), teniendo en cuenta la poca información técnica disponible.
Este diario se enteró de que en las últimas semanas hubo un debate intenso en la junta directiva de la petrolera, que analizó la posibilidad en blanco y negro, contrastándola con sus objetivos centrales y con los compromisos en el desarrollo de campos de crudos pesados.
El foco del negocio para generar ingresos es la cuenca de los Llanos Orientales y, para este año, las inversiones aprobadas en el exterior, antes de Libra, ascienden a 406 millones de dólares para Ecopetrol América; a 117 millones para Ecopetrol Brasil, y a 2 millones para Ecopetrol Perú.
QUE OTROS EXPERIMENTEN
Para Ómar Escorcia, de Alianza Valores, la actividad petrolera de Brasil en aguas ultraprofundas apenas comienza y se requiere más certeza para que una empresa como Ecopetrol apueste.
El experto dijo que en el proceso no fue clara la calidad de información sísmica y que los recursos previstos correspondían a una prospección, mas no a un estudio detallado de reservas, para lo cual es preciso perforar el campo y delimitarlo.