Esta es una de las conclusiones del informe Inversiones y Riesgo Político en el Mundo, de la Agencia de Garantía de Inversión Multilateral, del Banco Mundial. El estudio incluye la opinión de 197 ejecutivos de multinacionales que invierten en 40 países emergentes de distintas regiones (entre ellos Colombia).
El año pasado hubo una caída generalizada en la inversión extranjera - 40 por ciento en promedio en el mundo- como consecuencia de la desaceleración de la economía. No obstante, los hallazgos señalan que los inversionistas mantienen la cautela frente a la expectativa de una recuperación global impulsada por el mundo en desarrollo y, por ello, se espera que este año aumenten los flujos de recursos, pero no a los niveles que se traían en el 2008, es decir, que la recuperación se producirá en el mediano plazo.
Según el informe, para los próximos 12 meses, las principales preocupaciones a la hora de invertir en países en desarrollo son la estabilidad macroeconómica, la debilidad en las instituciones del gobierno y la falta de financiación en los países en los que invierten.
Otros temas que aparecen como limitaciones son el tamaño de los mercados, la pobreza en infraestructura y la falta de profesionales calificados.
A mediano plazo (tres años), cambian las prioridades, en la medida en que se espera que haya mayor claridad en materia económica y las inquietudes se van al riesgo político: aquellas decisiones del Gobierno que puedan incidir negativamente en los negocios. Aquí, los elementos a los cuales más temen los inversionistas son el incumplimiento de contratos, los cambios regulatorios, las restricciones a la transferencia de divisas y a la convertibilidad de monedas y las expropiaciones.
En cambio, una mínima parte de los empresarios manifiesta inquietudes frente a los riesgos de guerra o de terrorismo.
Esto, si se tiene en cuenta que cerca de la mitad de los inversionistas considera que el riesgo en los países donde operan no es muy alto, y aunque los elementos políticos son temas de consideración, la realidad es que las decisiones corporativas se toman más basadas en las intervenciones del gobierno que afecten la viabilidad de sus inversiones.