Luego de cinco años en funcionamiento, el Fondo para el Financiamiento del Sector Agropecurio (Finagro) venderá la empresa Almidones de Sucre (ADS), ubicada a la salidad de Sincelejo.
Así estaba planeado desde un comienzo cuando estructuró el llamado Fondo de Capital de Riesgo, en el cual la entidad aportaba los recursos para financiar proyectos productivos, que una vez ‘maduraran’ se pondrían a la venta.
Como condiciones particulares, dichos proyectos deberían hacerse en zonas donde los empresarios del agro no han llegado y las condiciones económicas y sociales no fueran las mejores para algún tipo de emprendimiento productivo agrario.
Además, dinamizar la economía local con la participación de las comunidades, en este caso como proveedores de yuca industrial, materia prima para el procesamiento de la planta.
Así nació Almidones de Sucre (ADS), una planta que funciona desde el 2009, que produce almidones industriales, a su vez, materia prima para las industrias farmacéuticas, de textiles, de alimentos y en la fabricación de papeles.
En esta se invirtieron 25.000 millones de pesos, recursos del Ministerio de Agricultura administrados por Finagro.
Así las cosas, el proyecto está lo suficientemente ‘maduro’ como para salir de este, venderlo al mejor ofertante y destinar los recursos a un nuevo proyecto.
Al cierre del 2013, ADS reportó ingresos por más de 4.000 millones de pesos, equivalentes a la venta de unas 2.600 toneladas de almidón. Para este año, espera ingresos de 13.000 millones, lo que representaría un crecimiento del 225 por ciento y lograr así su punto de equilibrio.
Para garantizar la sostenibilidad en la proveeduría de la materia prima, la planta ha firmado 44 contratos forward de la cosecha de este año, con los productores de los departamentos de Sucre, Córdoba y Bolívar.
Adicional a lo anterior, se están adelantado desde hace dos años pruebas de nuevos materiales de yuca buscando mayor producción y productividad de los cultivos del tubérculo.
Lo anterior, de la mano con programas de educación en administración del negocio agrícola, fortalecimiento de la asociatividad y generación de educación financiera.
Hoy, ADS trabaja a tres turnos diarios, con lo cual la producción del mes de febrero del 2014 se incrementó en un 188 por ciento frente al mismo mes del año anterior.
En su aspecto competitivo, se tiene que una planta similar demanda 4,5 toneladas de yuca para producir una de almidón natural, mientras que ADS lo hace con 3,6 toneladas, lo que representando una eficiencia del 20 por ciento en su procesamiento industrial.
Así las cosas, Finagro está en la búsqueda de un banco de inversión que diseñe y estructure el proceso de venta de la empresa.
PROYECTO CON IMPACTO SOCIAL EN LA ZONA
Además de los trabajos con la comunidad anotados (capacitación, administración y asociatividad) se han realizado ‘ruedas de crédito’ para los cultivadores del tubérculo, en las que han participado los bancos Agrario, Bancolombia, Popular, Davivienda, BBVA y la Cooperativa de Antioquia.
En las zonas de influencia, por cada 2.000 hectáreas cultivadas con yuca industrial (la que demanda la planta) se generan 70 empleos directos y 1.000 indirectos.
Juan C. Domínguez
Economía y Negocios