Según la propuesta entregada por la Iata al Gobierno a finales del año pasado "el acelerado crecimiento de pasajeros transportados, la renovación de la flota por parte de las aerolíneas, las adversas condiciones meteorológicas y la ausencia de mejores prácticas de gestión de tráfico", han hecho que Eldorado sufra problemas de congestión que deben ser remediados a corto plazo.
El estudio, que se realizaría en los próximos 18 meses con una inversión de 550.000 dólares de parte del Fontur, tiene la misión de desarrollar un plan de acción que mitigue el impacto de las obras durante la última etapa de construcción del terminal y las de mantenimiento de pistas y plataforma.
El resultado será la elaboración de una hoja de ruta que garantice la eficiencia del aeropuerto durante la última etapa de las obras que Opaín entregaría en el 2014 y después del 2015.
Los beneficios potenciales esbozados en la propuesta incluyen la reducción de los retrasos en las pistas, de la cancelación de vuelos, al igual que del número de equipajes y conexiones perdidas.
"Vemos conveniente la asesoría de la Iata, no solo para mejorar en la calidad de la prestación del servicio, sino también como un inicio para posicionar el sector aéreo en Colombia como un referente regional", expresó el presidente de la Asociación Aeronáutica del Transporte Aéreo de Colombia (Atac), Manuel Leal Angarita.
Según el plan maestro para la ampliación del aeropuerto, cuya implementación fue anunciada por el Presidente Santos a finales de abril, la capacidad de tráfico de Eldorado llegaría a su límite en el 2018. Para entonces, se estarían realizando en promedio 99 vuelos/hora en las instalaciones actuales, que tienen capacidad para operar de 100 a 104.
Por su parte, las aerolíneas han invertido 7.000 millones de dólares en renovación de flota y tecnología en los últimos seis años.