Las cifras de la Cámara de Comercio de Bogotá permiten concluir que este tipo de negocios caminan por el estrecho límite que separa el rebusque de la microempresa. De hecho, en la capital del país hay 1,7 millones de personas que trabajan en condiciones de informalidad, es decir, sin la seguridad social básica. Solo en Bogotá, la informalidad laboral asciende al 47 por ciento.
La radiografía de las microempresas y los negocios unipersonales deja en evidencia el potencial empresarial del país, y la necesidad de incrementar los planes de apoyo al emprendimiento.
El respaldo estatal podría llevar a estas empresas, que en su mayoría tienen ingresos mensuales promedio de 3,4 millones de pesos, a elevar sus ventas y a posicionarse en el mercado, evitando la alta mortalidad que se registra entre las compañías nacientes.
De acuerdo con la Cámara de Comercio de Bogotá, el 89 por ciento de las empresas informales posee activos inferiores a los 249 millones de pesos, lo que indica que a pesar de su debilidad financiera, acumulan una buena cantidad de recursos que pueden potenciar el crecimiento económico.
El diagnóstico se complementa con la baja generación de empleo: el 50 por ciento de la microempresas tiene una planta de personal de menos de cinco trabajadores.
Es más, se trata de pequeñas sociedades que incluso manejan sus recursos en efectivo, lo que los aleja de cualquier posibilidad de acceso a los servicios financieros, especialmente la financiación de sus negocios.
La informalidad
Pero las deficientes condiciones en que operan las microempresas en el país, tienen una característica aún más preocupante: el alto índice de informalidad.
Pese a los esfuerzos para incentivar la formalización empresarial, la informalidad persiste. Para los pequeños comerciantes los costos de estar en esta situación son superiores a su capacidad económica.
Con el fin de aliviar esta situación la Cámara de Comercio de Bogotá, el Banco Mundial y la Secretaría Distrital de Hacienda, suscribieron un acuerdo de cooperación para liderar en Bogotá la creación de una Misión para la Formalización con énfasis en la simplificación tributaria, que permitirá facilitar la creación y funcionamiento de las empresas.
La Misión para la Formalización Empresarial-Simplificación Tributaria será un proyecto piloto en el país para concretar propuestas que permitan reducir los costos de cumplimiento de la carga fiscal para micro, pequeñas y medianas empresas.
La misión permitirá conocer a fondo la carga fiscal que tienen los empresarios de la ciudad, revisar las normas tributarias, e identificar los obstáculos fiscales para el sector empresarial, enfocado a las mipymes. La Misión hará recomendaciones a los gobiernos Nacional y Distrital en materia de simplificación y modernización tributaria. El objetivo es insertar a las pequeñas sociedades familiares en la dinámica de la economía y en los programas de apoyo a emprendedores.
BENEFICIOS DE LA FORMALIDAD
La formalización empresarial tiene una larga lista de beneficios. 1) Menores costos en la operación de las empresas. 2) Mayores posibilidades para el crecimiento de los negocios. 3) Que las empresas se animen a realizar mayores inversiones. 4) Que las sociedades nacientes y los emprendedores generen empleo de calidad. 5) Que las empresas sean realmente sostenibles. 6) Una empresa formal se acredita como una sociedad que cumple.
7) Las empresas formales tienen mayores posibilidades de acceso a crédito, lo que les permite crecer y ganar mercado.
