A primera vista, nadie pensaría que una empresa exitosa trabaja “con las uñas”. Sin embargo, ese es el caso de Cerescos Limitada, una compañía cuyo foco son, literalmente, las uñas de los colombianos.
Cerescos es la organización dueña de la marca Masglo, una de las más reconocidas de la categoría de esmaltes para uñas en el país. Tal es su éxito que, al cierre del 2012, sus ventas ascendieron a 42.479 millones de pesos, lo que representó un crecimiento de 17,5 por ciento frente al 2011, cuando sus ingresos alcanzaron 36.165 millones de pesos.
Masglo ha roto las barreras territoriales de su categoría y ya tiene presencia en 13 países, entre los que se cuentan Ecuador, Perú, Costa Rica, Chile y España. Actualmente, las exportaciones participan con el 12 por ciento de sus ventas, aunque la meta de la compañía es aumentarlas hasta el 50 por ciento en el mediano plazo.
Para lograrlo, la estrategia es abrir más mercados de habla hispana, como México, Guatemala y Honduras. El primero, explica Miguel Pla García, gerente general de la compañía, será el más retador pues allí la competencia es difícil, debido, especialmente, a su cercanía con Estados Unidos.
Adicionalmente, la empresa adelanta conversaciones con representantes en Europa y el Medio Oriente para comenzar a comercializar sus productos en esos mercados.
Como parte de su plan de crecimiento, la compañía también proyecta trasladar su producción a una planta propia, en la cual invertirá 5.000 millones de pesos. Aunque Pla no ahondó en detalles, dijo que el objetivo tras esto es mejorar aún más las condiciones en que trabajan sus empleados.
Con todo esto, la meta de la empresa es potencializar el crecimiento a doble dígito que ha tenido durante los últimos años y facturar 20 por ciento más durante el 2013.
De Colombia para el mundo
Aunque hoy día Masglo es una de las marcas más queridas y reconocidas en el mercado de cosméticos del país, hace 30 años el nombre de Cerescos Limitada era desconocido.
La compañía nació en 1983 como una empresa que suministraba bases para la producción de esmaltes; sin embargo, la apertura que el mercado colombiano comenzó a experimentar poco tiempo después, hizo necesario que la organización creara su propia marca para sobrevivir: así nació su sello estrella.
De hecho, quien es hoy el gerente general de la compañía fue el primer vendedor de la marca, cuando apenas tenía 30 referencias (hoy son 183, además de productos complementarios). En aquellas épocas, la empresa era tan pequeña que contaba con apenas 10 empleados, una cifra bastante lejana a los 470 puestos de trabajo directos que hoy genera.
Actualmente, produce entre 1,5 y 2 millones de frascos de esmalte para uñas cada mes. Estos productos representan el 85 por ciento de su facturación, lo demás corre por cuenta de artículos complementarios para el cuidado de las mismas, como limas, cortacutículas e, incluso, cremas y exfoliantes, algunos de los cuales son importados.
En cuanto a los canales de distribución, el mercado profesional (como salones de belleza y tiendas especializadas) representa el 75 por ciento de sus ventas, motivo por el cual la empresa trabaja en fortalecer su presencia en lugares como supermercados y droguerías. Para lograrlo, pretenden estrechar el vínculo emocional que tienen las colombianas con la marca. El camino está por definirse.
Cristina Bustamante
Redacción Portafolio