Tal como le sucede a José Clopatofsky en materia de autos, es muy difícil recomendar un modelo en especial, pues todos los carros –y los celulares– tienen que ver con otros aspectos de la vida, como la personalidad, el carácter y la necesidad de quien los va a usar.
La siguiente es parte del texto del blog Blogabunderías, escrito por José Carlos García para DiarioADN.com.co, en el que hace un recuento tecnológico y de experiencias personales con respecto de la usabilidad, el diseño, la velocidad y la funcionalidad de los principales teléfonos inteligentes:
"Durante años me han preguntado cuál es el mejor teléfono inteligente. Por primera vez, responderé.
Escribir de tecnología durante más de 15 años trae muchas satisfacciones. Aunque también algunos retos. Como por ejemplo, colgarse al cuello mágicamente, sin derecho a reclamo o negarse, el rótulo de 'Consultor emérito tecnológico' de la familia, amigos y conocidos.
Tamaño título honoris causa viene aderezado de frases previas como "usted que todo lo sabe en sistemas..."; "ay, sumercé que es un duro en eso de la tecnología..."; "vea, si no lo sabe usted, ¿entonces quién?"... y un largo etcétera de oraciones que preceden a una "consultica", la mayoría de veces aparato en mano, en la búsqueda de una solución inmediata a un problema o una guía previa a la compra, adquisición o arreglo de algún juguete tecnológico.
Decía mi gran amigo Diego Camargo, humorista y creativo audiovisual, que cuando le pedían por la calle o en reuniones familiares o de amigos que "se echara un chiste", respondía que hubiese querido ser Pambelé a ver si le pedían que les diera una trompada.
En mi caso, trato la mayoría de veces de asesorar al perdido. En especial con problemas de configuración de aparatos y aplicaciones. Me gustan esos retos, los cuales tomo personales.
Pero en temas de "asesoría para compra" me niego, también, la mayoría de las veces. A lo sumo explico las diferencias entre una y otra tecnología o función, pero evito dar una recomendación contundente o definitiva.
Tiene que ser una persona muy cercana, que conozca en su carácter, para atreverme a recomendarle comprar un dispositivo específico.
Y eso pasa porque la tecnología, atando con la idea anterior, es muy personal. Es como recomendarle a alguien una marca de ropa interior o de crema dental. Eso depende. ¿De qué? ¡De muchas cosas!
Lo otro es que, por experiencia, cada vez que recomendaba la compra de un aparato a alguien, de inmediato quedaba matriculado como el soporte técnico del juguete. Es en serio. Hasta llamadas a altas horas de la noche recibí de 'amigos' a los que no les funciona algo de un equipo que compraron por mi recomendación.
En ese orden de ideas, y tema central de este post, tampoco he recomendado comprar nunca un teléfono móvil. ¡Ese sí que menos! El celular es la extensión laboral, personal, emocional y sentimental de cualquier persona. En ese mundo hay religiosos (los de Apple, por ejemplo, que compran lo que salga, como salga); fashion (que cambian por moda o por el color del equipo); los tech (que por un buen procesador se aguantan un diseño o batería paupérrimos), entre otros. Pero hoy, romperé mi promesa y lo haré. Este es, para mí, el celular ideal:
1. Que tenga la batería de un Blackberry. Podrán decir misa de los alicaídos BB, pero ¡qué berriondos aparatos para durarles la pila! He tenido dos modelos (de la serie Curve ambos), a los que les rogaba se apagaran, se 'murieran' por batería. Con trabajo pesado, descargando apps, hablando, navegando, la batería llegaba tranquila a la medianoche, algo que es un verdadero hito en telefonía inteligente.
2. Que tenga la cámara de un Sony Xperia. Imbatible. Desde mi óptica, no existen mejores cámaras de fotos y video que las de estos equipos. Especialmente la del último Xperia S, de 12 megapíxeles y la mejor captura de colores, contrastes, incluso en condiciones de baja luminosidad, etc., que he visto.
3. Que sea tan veloz como un LG 4X. He estado probando uno de estos juguetes. Su cerebro es cuádruple (Quadcore, de ahí el 4X); es el último Nvidia Tegra 3 a 1,5 GHz de frecuencia, hoy por hoy uno de los chips móviles más poderosos del mercado. La manera como opera, abre las aplicaciones, ejecuta juegos, videos, fotos, etc., es realmente asombrosa. Junto con el Galaxy S3, ha sido el teléfono más veloz que he usado.
4. Que posea la eficiencia táctil de un Windows Phone. Aunque 'el papá' en este punto ha sido desde siempre el iPhone, en mi humilde opinión, los teléfonos Windows Phone (he probado Nokia Lumia 800 y HTC) están a la cabeza de la eficiencia táctil y velocidad de desempeño al toque. Es además un sistema estable, el único que nunca se me ha 'colgado', a diferencia de Android o Blackberry.
5. Que gestione contenidos como un iPhone. Nada que hacer. Para mi iCloud es el verdadero producto de Apple. Debo confesar que no he usado con intensidad un iPhone como teléfono primario, pero uso el resto del ecosistema Apple (iPad, Apple TV, Macbook Air y iMac). Siempre será más importante todo lo que tenemos, compramos y guardamos en la nube de Apple (canciones, películas compradas y alquiladas, libros, nuestros archivos de estudio y trabajo, etc.), que el mismo aparato en sí. Cuando cambié de iPad 2 a iPad 3, el nuevo equipo me preguntó si quería sincronizar mi cuenta de iCloud. Un par de toques, dejé el nuevo iPad cargando (y sincronizando) toda la noche, y al otro día tenía mi tableta tal cual como la anterior, mismas apps, carpetas, archivos, canciones, libros, contenidos. Hasta el mismo papel tapiz y contraseña de pantalla. Eso, es imbatible. Claro, hay apps o marcas que lo hacen en Android (me pasó muy similar con el LG 4X), pero no es tan intuitivo y 'sinnecesidaddehumano' como en Apple.
6. Que tenga los 'extras' de un Galaxy. Los de Samsung saben diferenciarse. Y el Galaxy S3 es prueba de ello. Tiene varias funciones propias, extras, que enamoran. Smart Stay, esa que no permite que se apague la pantalla mientras la esté mirando, es muy útil. El multidisparo de su cámara y las fotos panorámicas; la opción de llamar a un contacto con solo llevarse el teléfono a la oreja cuando esté desplegado el nombre de la persona en pantalla; la de silenciar el teléfono con posar la mano en su pantalla o al voltearlo, en fin, son muchas herramientas adicionales que termina uno por extrañar en otros equipos.
7. Que sea fabricado en China. Y lo digo por el tema precio. No de manera peyorativa, pero hay que reconocer que marcas que provienen de allá como Huawei, ZTE y otras, se caracterizan por ofrece equipos a muy buen precio, en todas las gamas, además con calidad en modelos inteligentes (se sorprenderán pronto con un modelo de gama alta de Huawei que viene a Colombia). Aunque en el esfuerzo de traer equipos buenos, bonitos y baratos, LG está haciendo muy bien la tarea también, con modelos como el Optimus L3, un smartphone de gran calidad que se consigue, en prepago, por 330.000 pesos.
8. Que sea diseñado por Nokia. Para mi, que me considero de 'vieja guardia', en diseño de dispositivos móviles Nokia es un referente. Por años fue la empresa pionera y rectora en tecnologías móviles y el diseño era parte de su mayor ventaja. Desde mi óptica, el Lumia 900 es uno de los teléfonos más bonitos, finos y estilizados del mercado por su apariencia, materiales de la carcasa y la pantalla, los colores, etc.
9. Que lo comercialice Samsung. Finalmente, este teléfono soñado debe tener a un 'animal' comercial detrás, una empresa que no sea tímida al invertir con los operadores para masificarlo, que traiga inventario, que cree campañas de mercadeo agresivas y que baje los precios hasta donde le toque con tal de que se venda mucho este teléfono ideal. Y para ello, nadie mejor que la empresa surcoreana. El Galaxy S3 se puede conseguir desde los 150.000 pesos (en un plan carito, la verdad), o por 250.000 pesos (en un plan mas asequible), algo muy difícil de ver en otras marcas.
Este es, en resumidas, el celular perfecto para mí. A lo mejor no para usted, pero es lo que me ha gustado de los que he probado. Y como semejante mutación no existe, ni creo que llegue a existir (no, no será el iPhone 5), seguiré probando y disfrutando de las ventajas de cada uno de los modelos que, por mi trabajo, tengo el placer de ensayar, y también sufriendo de las carencias y desventajas de cada uno".
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