La elevada cifra de desempleo que rondaba a Colombia por el año 2000, 19,7 por ciento, llevó a las personas a buscar otras alternativas de sustento a través de la creación de sus propios modelos de negocio.
Lo anterior puede verse reflejado en el reciente estudio de la GEM (Global Entrepreneurship Monitor) para Colombia, donde se destaca que “la magnitud de la contribución de las empresas a la generación de empleo es muy importante al analizar la cuota social y económica de las mismas”.
Dicha situación de iniciativa empresarial también se evidenció en ‘El reporte global de emprendimiento’, presentado este año, el cual menciona que en los 38 países que fueron encuestados se observó un aumento anual del 4 por ciento en la actitud positiva hacia el emprendimiento, llegando al 75 por ciento en el 2014, reporte en el cual Colombia se encuentra entre los cuatro países con la más alta actitud positiva, junto a Suecia, México y Noruega.
Esto se refuerza en la gráfica TEA (Tasa de Actividad Empresarial Temprana), en la cual se muestra la población que está activamente involucrada en el desarrollo de una nueva empresa, que va desde su concepción hasta un periodo de 3,5 años de vida, es decir, incluyendo tanto a las empresas nacientes (con menos de 3 meses) como a los nuevos (de 3 a 42 meses de antigüedad).
“En Colombia, este indicador se ha mantenido alrededor del 22%, desde que se iniciaron los estudios (2006), lo que a nivel mundial lo ha ubicado siempre entre los 10 primeros”, menciona la GEM.
Por otra parte, mientras en el 2006 el 11 por ciento de las empresas creadas habían cerrado (ver gráfico 2), siete años después ese porcentaje cayó, siendo solo el 5 por ciento. “En los últimos años, el índice colombiano ha sido inferior al de las economías impulsadas por diversos factores, pero superior al de las economías impulsadas por eficiencia o por innovación”.
EL AUGE DE LA CREACIÓN DE EMPRESA
Francisco Solano Mendoza, presidente del Banco Agrario de Colombia, menciona que “el emprendimiento es un fenómeno que viene aumentando, ya que cada vez la gente se arriesga más a crear sus negocios y a sacar adelante sus ideas”.
En un reporte de Confecamarás se puede constatar este incremento del emprendimiento en la cantidad de empresas que se crean en el país. En el 2005 –año desde el cual la entidad tiene datos– 32.061 empresas se registraron como sociedades y 196.485 personas naturales, para un total de 228.546 nuevas organizaciones, mientras que en el 2014 la sumatoria dejo evidenciar la creación de 303.244, de las cuales 72.047 correspondieron a sociedades y 231.197 a personas naturales.
En el mismo estudio se determinó que los sectores que más se han movido en estos últimos años han sido el comercio al por mayor y al detal; vehículos, las actividades relacionadas con otros sectores –las cuales han ido disminuyendo durante los últimos años– y finalmente el sector alojamiento y servicios de comida, que ha mostrado una dinámica positiva.
Esto generó que organizaciones gubernamentales, e incluso grandes empresas como entidades bancarias, vieran en estas unidades de negocio una opción para impulsar el crecimiento económico y organizado del país mediante la creación de entidades de apoyo a los emprendedores.
Frente a esto, Solano agrega que “aunque existe apoyo y vías de financiación para nuevos proyectos empresariales todavía existe mucho espacio en el cual trabajar”.
Según el ‘Índice de condiciones sistemáticas para el emprendimiento dinámico’, promovido y revelado por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) en el 2014, el país se encuentra en el puesto 38 a nivel mundial y en el noveno a nivel regional en cuanto a facilidades de financiamiento.
Finalmente, los sectores con menos movimiento en cuanto a creación de empresas, entre el 2005 y el 2014, han sido las actividades de hogares en calidad de empleadores, las entidades de suministro de electricidad, gas, vapor y aire, y finalmente el sector de administración pública, defensa y seguridad social.
ORGANISMOS DE APOYO PARA LAS NUEVAS EMPRESAS
El auge de la creación de nuevas empresas ha impulsado el surgimiento de entidades dedicadas al apoyo y acompañamiento de las mismas, que no solo se enfocan en la entrega de créditos, sino que además brindan servicios complementarios, como capacitación, asesoría y acompañamiento.
En el país, al 2013 existían cerca de 790 organizaciones que ofrecían estos servicios de apoyo al emprendimiento, tanto de carácter público, como privados. Entre ellas se destacan estatales como iNNpulsa, el Fondo Emprender del Sena, ProColombia y Bancóldex, lo mismo que distintas universidades. Otras se encuentran asociadas a entidades bancarias, como es el caso de la Corporación Microcrédito Aval, la cual brinda oportunidades de desarrollo de negocios a la población de más bajos ingresos en el país, y la fundación WWB Colombia, creada por el banco que lleva el mismo nombre.
“Lo que se busca al constituir estas entidades es que los colombianos se den cuenta de que tienen opciones para hacer progresar sus modelos de negocio, y mantenerlos”, menciona Margarita María González, gerente del Centro de Emprendimiento para la mujer de la Fundación WWB Colombia.