En los próximos días, el Ministerio de Minas y Energía expedirá la resolución con la que le da luz verde al fortalecimiento de las redes de transmisión de energía, con el que no solo busca corregir deficiencias y situaciones críticas en zonas como la costa Caribe, sino alistar la infraestructura y mover la nueva capacidad de generación que está en construcción y que, sin el fallido proyecto Termocol, pasa de 3.700 megavatios.
Ya están prácticamente listos los pliegos de 9 de los 14 proyectos que está estructurando la Unidad de Planeación Minero Energética (Upme) y que se consideran prioritarios para abrir el proceso en lo que resta del año. Los demás quedarán estructurados de aquí a diciembre y se abrirían en enero.
Según el plan, los primeros adjudicados serían el proyecto Bolívar-Cartagena y el segundo transformador en la estación Copey, en límites de Cesar y Magdalena, que saldrían más rápido al tener procedimientos ya establecidos. El primero es una línea de 230.000 voltios entre la subestación Bolívar y la subestación Termocartagena, que busca reducir la generación térmica, más costosa que la hídrica.
Con el transformador en Copey se quiere evitar sobrecostos, ya que ante la salida de servicio del actual se generan problemas para la zona. Entre las siete obras restantes con prioridad, se destaca el proyecto Suria, de 230.000 kilovoltios, en Meta, que deriva una línea existente y está previsto para dar servicio y mejorar las condiciones de todo el departamento, ya que se prevé un crecimiento importante en la demanda, por la industria petrolera y el respectivo crecimiento de los municipios.
LA COSTA ES PRIORIDAD
La lista la complementan líneas de interconexión para fortalecer las redes en la costa Caribe, que frecuentemente sufren restricciones que encarecen el servicio y afectan los electrodomésticos. Una es Flores-Caracolí-Sabanalarga, en el Atlántico, para interconectar esta central con el Sur de Barranquilla y Sabanalarga. Esto descongestionará la red y mejorará las condiciones del servicio.
También aparece la línea Chinú- Montería-Urabá, que les darán un nuevo punto de conexión a los departamentos de Córdoba y Sucre, cerrando un anillo ante la falla de alguno de los elementos del área. De esta manera, la hidroeléctrica de Urrá podrá evacuar energía de mejor manera hacia el centro del país o hacia estos dos departamentos.
Otra de las líneas clave es la llamada La Loma, que, con 500.000 voltios, conectará la mina de Drummond en el Cesar con el sistema interconectado nacional, y atenderá la demanda de la zona, a cargo de Electricaribe.
No se podía quedar por fuera el sistema de compensación dinámica en la subestación Bacatá, en el noroccidente de Bogotá, que se suma a la ya autorizada a la EEB para la subestación Tunal, como medidas de contingencia ante el retraso en el proyecto Nueva Esperanza, a cargo de Empresas Públicas de Medellín.
Los dos proyectos de mayor envergadura son los de las hidroeléctricas Sogamoso e Ituango. Para el primero está el proyecto de Refuerzo 500.000 voltios de Hidrosogamoso a la subestación Norte (Cundinamarca) y desde ahí hasta el proyecto Nueva Esperanza.
Ómar G. Ahumada Rojas
Redacción de Economía y Negocios