La Industria Licorera de Caldas (ILC) quiere que sus productos insignia, el Ron Viejo de Caldas y el Aguardiente Cristal, no se vean como bebidas para personas pasadas de años. Por eso, en este momento una empresa especializada estudia un cambio de imagen.
“Tenemos un producto de excelente calidad, pero desafortunadamente está mal ‘vestido’ para los mercados internacionales, y en eso venimos trabajando”, afirmó su gerente, Miguel Trujillo, quien abandonará el cargo el 31 de octubre, a tan solo siete meses de ocuparlo.
Hasta el momento, el 87 por ciento de la producción de la licorera se consume dentro del país, donde tiene limitado el acceso a varios departamentos por no contar con acuerdos de distribución con sus colegas locales.
De acuerdo con Trujillo, las ventas este año ascenderán a 22 millones de unidades (entre ron, aguardiente y alcoholes), con un valor aproximado de 107 mil millones de pesos, cifra superior en 2.000 millones a la del 2012.
De ese total, el 70 por ciento son ventas esperadas para los tres últimos meses, para cuya temporada solo falta elaborar unas 12 millones de botellas.
En los últimos años, las ventas habían decrecido: de 109 mil millones de pesos a 107 mil en el 2011, a 105 mil millones en el 2012, debido, según Miguel Trujillo a una errática estrategia de mercadeo.
Este año, las utilidades netas apenas alcanzarán los 3.000 millones de pesos, cifra poco alentadora para las finanzas del departamento de Caldas, que recibe el 80 de este rubro para salud y educación.
Sin embargo, Trujillo anotó que las condiciones están dadas para que el futuro sea mucho mejor, pues ya están logrando salir del letargo.