En época de globalización, las fronteras se vuelven cada vez más transparentes y flexibles, lo que facilita realizar grandes eventos.
Esa es una competencia más en la que las ciudades colombianas están participando con calidad en el panorama internacional.
De hecho, el resultado ya es optimista y las metas más exigentes.
En el primer semestre de este año, la Asociación Internacional de Congresos y Convenciones (ICCA, por su sigla en inglés), que maneja un importante ranking de las ciudades como destino para el turismo corporativo y de convenciones, ubica a Bogotá en el sexto lugar, a nivel latinoamericano, a Cartagena en el octavo y a Medellín en el 14.
No es difícil seguir ascendiendo, pues muchos factores están a nuestro favor.
“Temas como el TLC con Estados Unidos hacen que Colombia sea un destino de negocios cada vez más apetecido.
A lo anterior se suma el creciente interés de países como Polonia, España, Estados Unidos y otros de Latinoamérica”, dice Laura Reti, directora de mercadeo y ventas del Hotel JW Marriott Bogotá.
En su concepto, nos favorece la “ubicación geográfica, la estabilidad política y la diversidad de proyectos que se desarrollan de la mano de la empresa nacional y extranjera”.
Precisamente, la corriente inversionista y el crecimiento económico “generan confianza en las grandes empresas y permiten que se desarrollen más eventos para el posicionamiento de sus marcas”, afirma Adriana Satizabal, gerente general de la empresa Satizabal Producciones SAS.
Todo esto ha llevado, como dice Ana María Vargas, de Shivana, Centro de Convenciones Campestre (de Bogotá), a que “nuestro país sea un lugar de operación para la región”.
Resultados exitosos
El espíritu moderno e innovador debe primar, como dice Satizabal, para quien “desde Bogotá hasta Medellín, de Cali a Cartagena, Santa Marta, Barranquilla y San Andrés, y otras regiones, reúnen importantes condiciones para ser sedes de grandes eventos, como centros de convenciones implementados con el confort, comodidad y tecnología suficiente, que exigen nuestros clientes”.
Se destaca la arquitectura efímera. “solución perfecta a problemas de implementación, reducción en tiempos de montaje y a retos en el diseño de ambientes”, agrega la experta.
Así, nada tenemos en Colombia que envidiarles a las grandes capitales de negocios del mundo.
Aquí, “existen propuestas alternativas enfocadas a espacios al aire libre que van directamente relacionados con conceptos como el medio ambiente, la relajación y el bienestar del ser.
Asimismo, en el caso de los encuentros corporativos, se ha buscado adaptar escenarios para celebraciones sociales, según las expectativas de cada cliente, con el fin que logre desconectarse en lugares novedosos y exclusivos al mismo tiempo”, señala Vargas.
La clave está en brindar soluciones creativas, como respuesta a los grandes retos de este siglo XXI y eso es lo que se está haciendo.
CALOR HUMANO, OTRO TEMA QUE MARCA LA DIFERENCIA EN EL CASO COLOMBIANO
“La cultura del servicio y el espíritu de trabajo que tiene la gente colombiana, y que es elemental para la hotelería, es otro tema que se destaca en materia de eventos empresariales”, afirma Laura Reti, directora de Mercadeo y Ventas del JW Marriott Bogotá.
Se suma una infraestructura hotelera cada vez más relevante, “la oportunidad que tienen los visitantes de recrearse durante sus reuniones en actividades externas, en zonas con seguridad como la T , la G, Chía, entre otras, hablando de Bogotá específicamente”, dice Alexandra López, gerente de Ventas Hotel Bogotá Marriott
Otro tema muy importante es “el apoyo del Gobierno; tenemos seguridad jurídica que le garantiza al inversionista, a través de convenios especiales, su inversión en el país”, agregan.