El comienzo del último trimestre de 2011 mostró crecimientos superiores al 6 por ciento en producción y ventas, utilización de la capacidad instalada por encima del promedio histórico, pedidos en aumento y un clima favorable para los negocios.
Estos resultados van en la misma línea de los presentados en otros indicadores de la actividad económica del país, entre los que se destacan el crecimiento de 12,3 por ciento (enero-septiembre) en las ventas del comercio al por menor, mayor aprobación de licencias de construcción en un 53,7 por ciento (enero-septiembre) y el desempeño de las exportaciones, que alcanzan un crecimiento de 42,2 por ciento en las totales y de 17,7 por ciento para las industriales, en lo corrido del año hasta octubre.
Este panorama favorable de la economía colombiana contrasta con la compleja situación internacional, en particular en las economías desarrolladas.
Es el caso de los países de la Zona Euro y de Estados Unidos, donde se percibe una creciente debilidad económica, unos mercados poco dinámicos, un desempleo que no cede, una situación fiscal con altos déficits y un nivel de deuda que para algunos países –como Grecia, Irlanda, Portugal y Estados Unidos– supera el 100 por ciento del PIB.
Todo ello empieza a configurar una situación de crisis de confianza que motivó la adopción de medidas monetarias por parte de los bancos centrales de Estados Unidos, la Zona Euro, Japón, Reino Unido y Suiza.
Ante la perspectiva de un problema de liquidez financiera en el plano mundial, redujeron las tasas de interés de referencia y, en el caso europeo, se ampliaron los plazos de los préstamos otorgados a las entidades financieras.
Si bien estas medidas alivian la coyuntura inmediata, quedan pendientes las medidas estructurales orientadas a aumentar la solidez del sistema financiero y avanzar en la reducción de los desequilibrios fiscales y cambiarios.
Esta difícil coyuntura mundial no se ha transmitido plenamente a las economías emergentes, las cuales mantienen crecimientos relativamente favorables.
El mayor impacto ha sido en los mercados bursátiles, cambiarios y de ‘commodities’, donde hay una creciente volatilidad.
A pesar de las dificultades en el frente externo, las perspectivas de la economía colombiana para el 2012 son positivas y es así como los empresarios presupuestan un crecimiento nominal de las ventas totales de la industria del 9,5 y 10,5 por ciento, en el caso de las exportaciones.
Estos resultados van en la misma línea con los presentados en el foro realizado recientemente por la Andi y el DNP “Retos y Perspectivas de la industria manufacturera”, en el cual se analizó la situación de la manufacturera en la última década y en particular en los últimos años.
En general, se observa que la industria ha mantenido un comportamiento favorable, que se vio interrumpido en 2008 y 2009, como resultado de la crisis financiera internacional, pero posteriormente se observa una clara tendencia a la recuperación.
El buen desempeño en materia de crecimiento ha estado acompañado de transformaciones competitivas al interior de las empresas, donde es evidente la internacionalización de las mismas.
Esta visión moderna de las empresas incluye la diversificación de mercados, el desarrollo de proveedores, la inversión en el exterior y un aumento en innovación.
El esfuerzo en productividad del sector privado en un entorno con avances en materia de política económica.
Entre otros, están la estrategia de integración, cuyo resultado más reciente es la aprobación del TLC con Estados Unidos; el Centro de Estudios Económicos ve un ambiente macroeconómico favorable, con medidas orientadas al saneamiento fiscal; la política de innovación que está impulsando el gobierno; las iniciativas que buscan una mayor formalización de la economía; la reforma a la ley de regalías, que probablemente se traducirá en un mayor desarrollo regional y en una mayor inversión en ciencia y tecnología, las acciones concretas diseñadas a partir de la “Agenda Interna”, y la política de desarrollo productivo.