Estar en el trabajo y saber que los asuntos personales, en general, están en orden, no tiene precio.
Las personas que no lo logran pueden tener sentimientos negativos hacia la compañía a la que pertenecen y sentir que su trabajo les arrebata la posibilidad de solucionar asuntos que le importan y que le afectan: cambiar de vivienda, llevar a los hijos al médico, conseguir niñera, saber cómo tramitar un divorcio.
Alberto García-Francos, presidente del Grupo Albenture, firma que presta servicios integrales de bienestar laboral, analiza el fenómeno en Colombia, tras cinco años de operaciones.
“Nuestros cálculos dicen que en un momento determinado una de cada tres personas está pasando por una situación de esas y tiene dificultades para resolverlas. Es algo que no es visible del todo. Está pasando, pero la empresa no es consciente y lo que pasa en realidad es que eso afecta a las empresas también”, comenta.
La productividad y la capacidad de concentración del empleado, sin importar su posición en la organización, sufren un impacto.
El riesgo, dice García- Francos, es que se percibe una disputa entre la familia y el trabajo por el tiempo del colaborador, que vive en tensión permanente. Y el trabajo es el que sale mal librado.
Si bien es cierto que todavía varias empresas no reconocen que pueden ayudar a equilibrar la balanza entre trabajo y vida personal, el experto dice que aumenta el interés en adecuar mecanismos para garantizar esa posibilidad a sus empleados.
Las estadísticas de crecimiento de Albenture pueden ser una señal: en el 2012 tenía 7 empresas cubiertas con 2.800 empleados y en el 2014 pasó a 17 grandes corporaciones, beneficiando a 71.860 personas, incluidas las familias (cónyuges, padres, hijos y suegros).
Para este año las previsiones apuntan a 150.000 personas.
Esta empresa presta servicios a las compañías para que los empleados reciban ayuda para resolver asuntos personales. Brinda un portafolio de 300 servicios en materias legales, financieras, domésticas, de salud, negocios y ocio, entre otras.
Albenture tiene reportes que muestran que aportar al bienestar personal de los trabajadores tiene un efecto directo en indicadores de la compañía, relacionado con la productividad y con el clima laboral.
Por cada peso que se invierte en estos servicios, la organización logra un retorno de 2 a 3 pesos, teniendo en cuenta solamente las horas que el empleado dejó de destinar para solucionar su preocupación.
En cuanto al clima laboral, se ha detectado una evolución en el escalafón del Índice Great Place to Work a favor de las firmas que se preocupan por estos temas. En una empresa, en particular, se detectó cómo la mayoría respondió positivamente a la pregunta de si sentía en su quehacer un balance entre lo laboral y lo personal. Y claramente hay una relación entre las empresas que cuidan a sus trabajadores, medido en resultados financieros, añade el experto.
Las preocupaciones detectadas son universales, según el análisis de Albenture con sus clientes.
Las ‘vueltas’ son el principal afán en el día a día de los empleados y si no se solucionan, generan un conflicto, porque los horarios coinciden con los de la jornada laboral.
La revisión de un contrato y las gestiones relacionadas con la nacionalidad, cuando los empleados son extranjeros, son algunos trámites más requeridos, y que puede financiar la empresa.
Luego aparecen con otros servicios que tienen que ver con asesorías de asuntos tan privados que van desde un problema de adicción de uno de los hijos hasta un desajuste emocional por cuenta de una ruptura matrimonial.
Las tendencias y los motivos de las consultas también pueden servir de insumo para que los departamentos de recursos humanos apliquen estrategias generales en bien del buen ambiente en la empresa.
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