El atractivo mercado del sudeste asiático es ahora el objetivo de empresas colombianas.
Vitrofarma S.A. -una compañía maquiladora con un portafolio especializado en la producción de medicamentos estériles inyectables en las líneas humana y veterinaria, que registra ventas anuales por unos 90.000 millones de pesos- planea abrir una planta en Tailandia, en la que tendrá el 60 por ciento y el socio local, el 40 por ciento restante.
Una fuente confirmó que la negociación está bastante adelantada, por lo que podría darse antes de que el poderoso Grupo Nutresa, que también tiene en consideración la adquisición de una compañía en esa parte del mundo, logre consolidar una operación propia en el sudeste asiático.
Actualmente, Vitrofarma tiene plantas propias en Colombia y México que producen, entre otros, penicilinas, antibióticos, ampolletas, liofilizados y líquidos oftálmicos. Junto con Vitalis (Venezuela) prevén instalar y operar en el estado de Carabobo, en el vecino país, una fábrica de medicamentos genéricos.
Dicho acuerdo salió de la reunión, a finales de 2011, entre los presidentes Santos y Chávez para reactivar las relaciones comerciales binacionales.
Con el asesoramiento de Vitrofarma, se podrá elaborar en Venezuela, por ejemplo, carbapenems, un tipo de antibiótico de alto costo.
Vitrofarma fue creada en 1978 y considera que su recorrido fabril en Colombia, México, y el que tiene través de exportaciones, son bagaje suficiente para pegar el salto al otro lado del mundo.
Luis Bernardo Naranjo Ojeda, de www.losdatos.com, confirma que la operación prevista por la compañía criolla tiene sentido, pues Tailandia, además de ser un mercado de 65 millones de habitantes, es de alto consumo de genéricos y presenta altas tasas de crecimiento.
El sudeste asiático tampoco es un mercado ajeno para las empresas multilatinas, pues la Corporación Farmacéutica Recalcine -chilena, que acaba de acordar la compra de la colombiana Lafrancol- adquirió hace unos meses el 41,9 por ciento del segundo mayor laboratorio de Vietnam, Domesco.
Además, Recalcine instaló en ese país un centro de operaciones para llegar a países como Laos, Camboya y Tailandia, ya sea a través de producción propia o importaciones desde algunas de las divisiones en Latinoamérica.
Los mercados más atractivos en la región no son solamente los productos de medicina general, sino los de salud femenina y antibióticos inyectables como los que produce Vitrofarma.
EL RETO DE COMPETIR EN ASIA
Hasta hoy, laboratorio Vitrofarma S.A. no tiene plantas propiamente dichas en el sudeste asiático.
La única empresa nacional con operación manufacturera de alcance en esa parte del mundo es la Organización Corona que tiene contratos de suministro en China que le proveen productos bajo especificaciones, y que luego exporta, por ejemplo, a Estados Unidos.
El presidente de Productos Químicos Panamericanos (PQP) -empresa del Grupo Familia-, Álvaro Gómez Jaramillo, afirma que a pesar de la apertura comercial, el costo de los fletes hace que, de todas maneras, sí sea mejor competir con los jugadores locales en un país mediante una planta propia que con exportaciones.
En otras palabras, el reto es grande para la firma colombiana.